A partir de 2023 entrarán en vigor tres impuestos ambientales en Querétaro, aplicables a las empresas, con el objetivo de reducir el impacto ambiental y compensar las emisiones contaminantes, dio a conocer el secretario de Desarrollo Sustentable del estado (Sedesu), Marco Antonio Del Prete Tercero.
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“Son tres impuestos ambientales, uno que tiene que ver con las emisiones de CO2 a la atmósfera, el otro que tiene que ver con la extracción de minerales no metálicos y otro que tiene que ver con la generación de residuos de manejo especial”, detalló el funcionario.
El monto de los impuestos depende del volumen que se genera con base en tasas establecidas en la Ley de Ingresos, con la intención de que comiencen a cobrarse a partir del próximo año, aunque en particular el que refiere a la extracción de minerales no metálicos, tiene efecto a partir de este año.
Sin embargo, Del Prete Tercero señaló que se está revisando con la Secretaría de Finanzas que éste en particular no aplique este año, pues “pierde lógica empresarial el aprobar un impuesto en diciembre para aplicarse en enero”, por lo que se tendrán que ajustar todos los mecanismos de vigilancia, control y recaudación, para que sea un impuesto que cumpla su objetivo.
“De hecho ya están aprobados por la Legislatura, el (artículo) transitorio nada más estableció que se comenzarán a cobrar a partir de 2023 y estamos trabajando con los diferentes gremios y organizaciones para encontrar los mecanismos correctos de registro, de reducción y de compensación de las emisiones contaminantes”, abundó.
Aseveró que estos impuestos no pretender ser “una renta ambiental” ni un mecanismo recaudatorio, aunque sí generará una recaudación; sin embargo, aseguró que se trata de una estrategia que busca que las actividades humanas reduzcan su impacto.
La estrategia de descarbonización de la economía, detalló, consiste en tres partes: el registro, para saber cuánto se está generando, la segunda es la reducción a través de inversiones o sustitución de procesos que permitan reducir las emisiones de efecto gas invernadero y, la tercera, para los casos en donde ya no se puede reducir la contaminación, se puede compensar y para eso existen los sellos de carbono, bonos de carbono y otras herramientas ecológicas.
“El impuesto al final es el detonante, pero al final lo que buscamos es que a través de instrumentos económicos logremos reducir o descarbonizar la economía. Al final es una tendencia mundial, hacia allá van las economías, es una ola en la que nos estamos subiendo anticipadamente, porque habrá empresas que dejarán de ser competitivas”, apuntó.