Lunes 15 de Enero de  2024
A PESAR DE RECONOCIMIENTO DE OEA

Mujeres policías, víctimas de violencia dentro de su corporación en Corregidora

Señalan acoso laboral y sexual, además de malos tratos; no hay sanción para los agresores

Créditos: Facebook Seguridad Pública Corregidora
Escrito en QUERÉTARO el

La policía del municipio de Corregidora fue reconocida por la Organización de Estados Americanos (OEA), y por el Colegio John Jay College for Criminal Justice de Nueva York, por la ejecución de programas y estrategias para la prevención, control de delitos y violencias; pero dentro de la corporación policiaca se ejerce violencia en contra de las mujeres que la conforman.

Actualmente, dentro de la Policía Municipal de Corregidora existen alrededor de 450 miembros y el 30% son mujeres. Aunque no hay una distinción por sexo, en cuanto a los requisitos para ser parte de la corporación, sí hay una tendencia de malos tratos y violencia de parte de los mandos en contra de las mujeres uniformadas.

En entrevista con Vía.Tres, dos policías y una expolicía del municipio de Corregidora, quienes solicitaron sus nombres fueran cambiados por miedo a represalias, contaron que durante su estadía en la corporación han sufrido de abuso laboral, acoso sexual e injusticias por parte de los altos mandos, y que esto ha sido una práctica común en contra de las mujeres que la conforman.

Indicaron que, a pesar de que la corporación está a cargo de Caroline Lanestosa Oropeza, la primera mujer titular de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Corregidora, las irregularidades continúan e incluso se les ha culpado de lo que les ha sucedido.

"Si de por sí eran una constante los malos tratos a las policías mujeres, una vez que llega Lanestosa las cosas empeoraron, es cada vez más común que haya casos de abuso o acoso y las compañeras optan por irse porque no lo soportan; hoy ya nadie quiere ser policía porque no hay garantías laborales y los abusos son muy constantes", afirmó Malena.

Explicaron que ser mujer policía en el municipio implica largas jornadas laborales, de más de 12 horas, algunas veces sin tiempo para comer o ir al baño, y hasta extorsiones por parte de los mandos.

Malena, quien lleva menos de dos años en la corporación, denunció acoso sexual por parte de un jefe policial, pero su denuncia ante el órgano Interno de Control no prosperó. 

A pesar de cumplir con el procedimiento interno de denuncia, no hubo consecuencias contra su superior y, por el contrario, el mando al que ella señaló le recriminó la acusación. 

"Denuncié que el mando Rafael Castro me había acosado sexualmente, a la semana de haberla hecho él me encara y me dice que no salga con jaladas y niega todo. A partir de ahí yo me sentí como amenazada y limitada, lo único que hice fue mantener mi distancia", resaltó. 

Por su parte Liliana, quien lleva más de 12 años dentro de la corporación, compartió que fue castigada por haber alzado la voz a través de las redes sociales, al reportar anomalías respecto a los servicios de atención médica a los que tienen derecho.

"Yo llegué a transmitir en vivo las faltas por parte de la atención médica a los policías, un compañero que lleva más de 20 años sirviendo tenía problemas cardiacos, la corporación ya lo sabía y, a pesar de eso, no lo quisieron atender, tuvimos que esperar horas para que el municipio le autorizara la operación porque necesitaba un catéter (...) me pidieron borrar el video, no lo hice, al poco tiempo, resulta que estaba castigada de manera injustificada", indicó. 

Explicó que luego de enfermarse de Covid-19 y lidiar con las secuelas, informó que requería ciertos cuidados al realizar sus labores, y no sólo no le modificaron su rutina; por el contrario, le asignaron tareas pesadas que requerían esfuerzos físicos importantes.

Lidia, exmiembro de la corporación, mencionó que sin razón alguna y sin dar explicaciones la dejaban castigada, desarmada y en condiciones no adecuadas para poder cumplir sus servicios. 

 "Me castigaron en un servicio fijo sin motivo alguno, me dejaron sin unidad, sin radio, a pie de tierra día y noche; tenía que hacer del baño donde pudiera, según mi función era evitar delitos y faltas administrativas y yo misma orinaba en vía pública; les preguntaba por qué era el castigo y Rafael Castro y Alfonso Sánchez Merlos se desentendían", resaltó. 

Incluso la extorsionaron con el objetivo de retirarle el castigo; sin embargo, y a pesar de pagar, no fue levantado el castigo por lo que decidió renunciar. Intentó denunciar lo ocurrido a Caroline Lanestosa Oropeza, pero no fue atendida.

Esta casa editorial solicitó una postura a la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal del municipio de Corregidora, sin embargo, hasta el cierre de la edición no se obtuvo respuesta.

 

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