Proyectos estratégicos de la administración estatal (2021-2027), como la ampliación de la Carretera 413 y la construcción del Acueducto III, generarían presiones medioambientales, consideraron activistas y ambientalistas del estado.
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En noviembre de 2021, la nueva administración de Mauricio Kuri González anunció la modernización de la Carretera estatal 413, ubicada en el tramo de Santa Bárbara a Joaquín Herrera y cuya inversión es de 340 millones de pesos; la obra contempla la ampliación a cuatro carriles de circulación en un total de 4.5 kilómetros.
La ambientalista Teresa Roldan destacó que, aun cuando el proyecto no se desarrolla sobre un área Natural Protegida, sí tiene impacto sobre los ecosistemas que alberga.
“Desde hace tiempo quisimos detener el cambio del uso del suelo en esa zona, desafortunadamente ya venía el plan de la ampliación de la Carretera 413, y con esto lo que estamos viendo es que ya está impactando el área recreativa del Batán y si bien es cierto que no pertenece al área natural protegida, sí perjudica a los ecosistemas de alrededor”, mencionó la activista.
Consideró que las denuncias ciudadanas han sido ignoradas y que se desconocen detalles de la obra, cuántos árboles se van a impactar y cómo se va a mitigar el daño ambiental.
Sobre este mismo tema, la académica de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) e integrante del Bajo Tierra Museo, Claudia Romero, explicó que existe un foco de alerta en Corregidora, municipio donde se realiza la obra, tanto por las concesiones de agua que ya se están otorgando cuando el uso de suelo todavía no es urbanizable, así como la construcción de nuevas vialidades.
“Para allá se está planeando la expansión urbana y hay que prever que la vialidad ha sido una estrategia para la expansión de la ciudad: viene vialidad nueva, y empiezan a comprar terrenos aledaños, porque viene acompañado con una especulación inmobiliaria tremenda”, dijo.
La doctora en estudios interdisciplinarios puntualizó que en la ampliación de la Carretera 413 se puede poner en riesgo a la microcuenca del Río El Pueblito, que inicia en la cortina de la presa El Batán y desemboca en el Río Querétaro.
Aunado a esto, indicó que puede tener consecuencias en la alteración de las zonas de escorrentía (agua de lluvia que circula libremente), destrucción del hábitat y pérdida de biodiversidad, ruptura cultural y social, así como violación del derecho a la consulta de las comunidades.
De acuerdo con el Ejecutivo estatal, esta obra beneficiará a 75 mil habitantes del municipio de Corregidora y estará lista en mayo de 2022.
Aunque el titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de Querétaro (SDUOP), Fernando González Salinas, aseguró que dicha obra cumple con la normatividad ambiental, desde el 4 de febrero grupos de ciudadanos y ambientalistas denunciaron las afectaciones en la zona recreativa de El Batán, ubicada en el municipio de Corregidora.
Otra de las preocupaciones para los académicos y ambientalistas es la construcción del Acueducto III; proyecto que, de acuerdo con la administración estatal, podrá abastecer de agua a la entidad por los próximos 50 años.
Al respecto, Claudia Romero dijo que el problema de los acueductos es que se dejan de lado las causas profundas del problema del agua y las soluciones que podrían articularse para su atención, como la captación de lluvias, el tratamiento de aguas residuales o atender las fugas.
“Es una política sumamente ineficiente, porque además gastas un monto de energía y alteras la cuenca a nivel macro porque es agua que naturalmente tendría que ir a otro lugar. No es una obra a largo plazo porque es una infraestructura tan laboriosa que pasa como con el Acueducto II, que tenía 30 años de vida útil y ahora resulta que solo tuvo 10 años”, añadió Romero.
Comentó que esta nueva obra no garantiza que no se perforen más pozos, ya que el Acueducto II no impidió la sobreexplotación del Valle de Querétaro, debido a que la Comisión Nacional de Aguas (Conagua) siguió con la autorización de la concesión de nuevos pozos para uso industrial o agrícola.
“Además las aguas que vienen desde allá no se sabe qué calidad tienen, ya que muchas conectan con otras cuencas porque son desagües de otra ciudad, o cuando son aguas más cristalinas y muchas veces se las estás quitando a varias comunidades”, concluyó.
El gobernador Mauricio Kuri González ha referido que esta obra hidráulica de trasvase estará lista antes de que concluya 2024. Según lo informado por el mandatario, este proyecto será benéfico para la entidad ya que podrán cerrarse 150 pozos subterráneos, garantizando la regeneración de los mantos acuíferos.