El Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Universidad Iberoamericana (IDHIE) contabilizó 31 probables feminicidios durante el primer semestre de este año en Puebla, es decir, cada 5.8 días murió una mujer por razones de género.
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Contrario a la cifra oficial que maneja la Fiscalía General del Estado (FGE), que da cuenta de 12 feminicidios en el mismo periodo, el IDHIE registró 31 casos, de los cuales 12 están clasificados como íntimos, dos infantiles, uno familiar, uno sexual sistémico, y de 15 más no hay datos.
De acuerdo con este estudio que realiza investigaciones a través de la recolección de datos de tipo cuantitativo que aparecen en medios de comunicación, la edad promedio de las víctimas es de 32 años; sin embargo, se reportaron tres menores de edad.
Asimismo, se detectó que hay 19 municipios de la entidad poblana donde se presenta con mayor frecuencia esta problemática, siendo los siguientes:
Puebla con ocho; Amozoc, Chiautla de Tapia, Huaquechula, Palmar de Bravo y Zoquitlán con dos cada uno; mientras que de 13 feminicidios más no se tienen identificados los lugares donde ocurrieron.
En comparación con 2021, en el mismo periodo se contabilizaron 39 muertes violentas de mujeres, mientras que en 2020 fueron 42, y en 2019 ocurrieron 41; teniendo el pico más alto en el año 2017 cuando se reportaron 59.
La activista del Observatorio de Derechos Sexuales y Reproductivos (Odesyr), Cinayini Carrasco, avaló los datos del IDHIE; sin embargo, no descartó que existan muchos más delitos que no han sido registrados, o bien que ni siquiera se tuvo conocimiento de ellos.
Comentó que durante la pandemia se tuvo el pico más alto (en 2020), debido al confinamiento, pues las mujeres convivían la mayor parte del tiempo con los agresores, es decir, con sus parejas sentimentales.
Agregó que el aumento de penas ha funcionado para erradicar los feminicidios, pero consideró que es necesario que se apliquen de manera efectiva.
“Desde que el feminicidio se tipificó hemos dado cuenta de los casos y demás, pero el problema real es que muchas veces se reclasifica el delito y no es tomado con perspectiva de género, ni tampoco se aplica el protocolo de investigación, y ello implica que entre como homicidio y se descarte el feminicidio”, comentó.
La activista destacó que se tienen que aplicar protocolos de manera inmediata, ya que muchas veces las víctimas de feminicidio son incomunicadas, y cuando la familia va a una Casa de Justicia les niegan la atención o no activan el protocolo de manera correcta.
“Desafortunadamente los valores se han perdido en las familias, y aumentaron las denuncias en la pandemia, eso es real, y no es que no existiera el delito o la violencia, sino que se evidenció… Es lamentable pero cierto que una mujer que ha vivido violencia se encuentra prácticamente sola y desamparada”, remató.