La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dio a conocer que en México el 59.1% de los hogares se encuentran en algún grado de inseguridad alimentaria; es decir, “seis de cada 10 hogares en el país no tienen garantizada la alimentación”, mientras que 47.1% reportó reducción en el gasto en alimentos.
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Las estimaciones del organismo internacional se difundieron en el marco del “Diálogo sobre situación de los precios de los alimentos y de los insumos agrícolas, así como su impacto en los sistemas agroalimentarios de México”; en el que participaron la propia FAO, el Grupo de Agregados Agrícolas de las Embajadas en México, la Secretaría de Agricultura de México, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura.
Sin embargo, esta semana, Víctor Villalobos Arámbula, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, en su intervención en la “Reunión Ministerial sobre Seguridad Alimentaria Global: Llamada a la acción”, convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presumió la estrategia del gobierno mexicano en materia de seguridad alimentaria, que está enfocada al impulso de pequeños productores y a garantizar el autoconsumo.
El secretario resaltó que recientemente el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, anunció el impulso de sistemas de alimentación basados en un desarrollo rural más inclusivo, así como programas y acciones para aumentar la producción doméstica de granos básicos.
Expuso que la estrategia gubernamental busca, “a partir de transferir conocimiento, innovación y buenas prácticas agrícolas a pequeños productores campesinos y ejidatarios, fomentar una mayor producción”; pues aseguró que con esto han evitado que la actual inflación mundial “limite el acceso a los alimentos sanos, inocuos y de calidad” a los menos favorecidos.
Otro tema que destacó Villalobos Arámbula, fue la estrategia del gobierno para proporcionar fertilizantes gratuitos, producidos en México, a 700 mil pequeños productores de maíz y frijol, con lo que esperan cubrir una superficie de 800 mil hectáreas y lograr incrementos en la producción de maíz en 2.8 millones de toneladas, y 49 mil toneladas de frijol para este año; lo que contribuirá, dijo, a incrementar los rendimientos de cultivos básicos.
No obstante, la cifra de incremento en la producción de maíz contribuye apenas en casi 15% para la autosuficiencia de este alimento, pues hoy en día México es el principal importador de maíz a nivel mundial. El consumo nacional es de casi 45 millones de toneladas al año, mientras que en nuestro país se producen apenas entre 27 y 28 millones; por lo que debemos importar alrededor de 17 millones de toneladas, según el Consejo Nacional Agropecuario.