Las fajas se volvieron muy populares ya que prometen ayudarnos a bajar de peso y lograr que luzcamos la silueta deseada. Incluso hay quienes las utilizan todo el día y no se las quitan ni para ir a dormir, lo que puede ocasionar graves problemas de salud.
Una práctica muy común es dormir con la faja puesta, pues al hacer esto notaremos con mayor velocidad los cambios en nuestro cuerpo. No obstante, esto no es así y nos traerá más consecuencias que ventajas.
Malestares ocasionados por usar faja al dormir
Estos son los malestares que puede sufrir nuestro cuerpo si dormimos con la faja puesta:
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Problemas digestivos
Al pasar toda la noche con la faja, nuestro estomago se comprime demasiado y se evita que cumpla con sus funciones adecuadamente, ocasionando ciertos malestares como estreñimiento, flatulencias o acidez.
Daños en la piel
Dormir con la faja puesta evitará que nuestra piel respire adecuadamente, generando retraso en la regeneración celular y evitando que nuestro cuerpo elimine los deshechos por los poros.
Flacidez
Usar excesivamente una faja provocará que se debiliten nuestros músculos de la pared abdominal y los de la espalda, en especial si nos la dejamos al dormir. Como consecuencia, la piel del abdomen se verá más flácida cuando ya no la usemos.
Problemas circulatorios
Otra consecuencia de usar faja al irnos a dormir es una mala circulación de la sangre en el cuerpo. Esto ocurre debido a que, al mantenerla pegada al torso, ocasiona alteraciones en el organismo, fomentando la aparición de varices.
Mala calidad de sueño
Por último, tener la faja puesta al ir a la cama no es nada cómodo, por lo que es muy común tener problemas para conciliar el sueño, así como lograr un descanso óptimo. Como consecuencia, al despertar permanecerá la sensación de cansancio.
J.R