Ayer se llevó a cabo el primer encuentro de la serie entre Los Ángeles Lakers y los Denver Nuggets, donde el equipo comandado por LeBron James perdió en un encuentro reñido que terminó con un marcador final de 132-126 en el Pepsi Center de Denver.
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Sin duda, el jugador que se llevó todos los reflectores fue el pivote de Serbia de 28 años, Nikola Jokic, quien contó con 40 puntos, 21 rebotes y 14 asistencias a lo largo del encuentro. El jugador internacional parecía imparable durante cada uno de los cuartos del partido, mientras que el equipo lagunero nunca logró descifrar cómo pararlo.
Desde antes de que comenzara la serie, distintos analistas deportivos especularon con que estos partidos serían definidos por los pivotes de ambos equipos, Jokic y Anthony Davis. El centro angelino contó con un gran partido de 26 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias, aunque de momentos parecía que no tenía idea de cómo defender el jugador serbo.
Por su parte, la estrella de los Lakers, LeBron James, no logró encontrar el mejor ritmo que ha demostrado a lo largo de la temporada. Regresó a casa con 26 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias, estadísticas que para la mayoría de los jugadores serían magníficas, pero que, atadas al nombre de James, dejan mucho a deber.
Otro factor importante en el partido fue la segunda estrella de Denver, Jamal Murray, quien en todo momento se notaba que estaba en sincronía perfecta con Jokic. Terminó el partido con 31 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias, convirtiéndolo oficialmente en la segunda pieza más relevante del equipo de Colorado.
Para que el equipo de Los Ángeles logre darle la vuelta al resultado en el segundo encuentro que se llevará a cabo en su estadio, será necesario que el entrenador, Darvin Ham, encuentre un esquema defensivo para imponerse a Jokic utilizando a sus dos mejores jugadores; aunque esta estrategia podría costarle caro, pues al eliminar a su estrella, podrían la banca de Denver y Murray encontrar la forma de sobresalir en el juego ofensivo.