Semana Santa es de los periodos favoritos para quienes habitan la Ciudad de México, y no solo para quienes tienen oportunidad de salir a algún lugar turístico; sino también para quienes se quedan en ella.
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En estas semanas la CDMX cambia radicalmente, la reducción de vehículos y personas desencadena una serie de fenómenos que conllevan a sentir un mayor bienestar para quienes viven o trabajan en la gran urbe.
De acuerdo a la Secretaría de Educación Pública (SEP) 24.6 millones de alumnos y 1.2 millones de docentes de educación básica, así como 4.9 millones de estudiantes y 408 mil docentes de media superior estarán en periodo vacacional del 3 al 14 de abril.
Esto se refleja con poca movilidad en la ciudad, difuminando las terribles horas pico suscitadas en horarios laborales, por lo que la gente se puede dar el lujo de tomarse con más calma los traslados de un punto a otro.
La reducción de carros en vialidades que normalmente se tornan caóticas, así como de personas en el transporte público contribuye a disminuir factores estresantes, como la contaminación atmosférica, acústica y visual, además del ahorro de tiempo que implica trasladarse de un lugar a otro, lo que da mayor tiempo para convivir en familia o al tan merecido descanso.
Así que mientras los turistas saturan aeropuertos, centrales camioneras y autopistas, quienes permanecen en la ciudad disfrutan de esta paz poco habitual, que los miles de turistas que se esperan arriben en estos días no logran afectar.
Otro punto a favor, es la derrama económica que la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) de la Ciudad de México estima será de 6,906 millones de pesos, 28.7 mayor que en 2022.