El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) respaldó la posición de Estados Unidos respecto a que el uso de maíz genéticamente modificado y la utilización correcta del glifosato no causa daños a la salud, y que las decisiones en materia agroalimentaria se tomen con bases científicas y tecnológicas.
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La organización aseguró que en múltiples estudios científicos realizados en los Estados Unidos, Canadá, Brasil, la Unión Europea y prácticamente en todo el mundo, se ha demostrado desde hace décadas que el uso del maíz transgénico y el glifosato no representan un riesgo para la población.
“El CNA reitera que las decisiones de política pública hacia el sector agroalimentario deben estar basadas en ciencia y tecnología para poder garantizar alimentos suficientes, sanos y asequibles”, apuntó.
Alertó que su prohibición traerá un impacto negativo en la producción de alimentos, en nuestro país.
Respecto al uso del glifosato insistió que aún cuando el decreto extiende el periodo de transición para su uso, hasta el 31 de marzo de 2024 y señala que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) ha presentado distintas alternativas viables para suplirlo, el CNA desconoce esas opciones.
Advirtió que “serán bienvenidas siempre y cuando éstas estén validadas y probadas en su eficacia, adecuado acceso, costos competitivos para el productos, con base en métodos científicos y en pruebas de campo, sino carecerán de todo sustento y serán inviables”.
Externó su preocupación por cuidar la relación comercial con Estados Unidos, pues es de suma importancia para el sector, toda vez que se trata de mercados complementarios que cuentan con cadenas de suministro muy integradas, “que permiten garantizar como en ninguna otra región en el mundo la seguridad alimentaria de toda la población”.
Como aspecto positivo del decreto, publicado este lunes 13 de febrero, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la organización destacó el que se haya eliminado la fecha límite para el uso del maíz genéticamente modificado, pues de esta manera se garantiza el abastecimiento para los sectores pecuarios y agroindustriales.
Asimismo, aplaudió que el decreto únicamente se haya acotado al maíz y se haya dejado fuera de la regulación la soya, canola y el algodón.
Este martes el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, hizo declaraciones en el sentido de que su país se sentía decepcionado por el decreto emitido por el gobierno mexicano que mantiene entre sus planes la prohibición del uso de maíz genéticamente modificado.
“Estados Unidos cree y se adhiere a un sistema de comercio basado en ciencia y en normas y mantiene su compromiso de evitar perturbaciones en el comercio agrícola bilateral y daños económicos a los productores estadounidenses y mexicanos”, reiteró Vilsack.
México compra anualmente a Estados Unidos cerca de 17 millones de toneladas de maíz genéticamente modificado, principalmente para consumo animal.