La caída de Ovidio Guzmán López, “El Ratón”, hijo de Joaquín “Chapo” Guzmán Loera, no es un golpe letal y sustancial contra el Cártel de Sinaloa, no sólo porque no es el líder principal de "Los Menores" o "Los Chapitos", que componen los hijos del narcotraficante preso en Estados Unidos, Joaquín Guzmán Loera, "El Chapo".
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El grupo criminal además está afectado desde esa extradición del padre de 18 hijos, cuya mayoría están dentro de las actividades criminales, pero el “más poderoso” es el medio hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar, de 41 años de edad, hijo mayor de la primera esposa de Joaquín, Alejandrina Salazar.
De acuerdo con especialistas en seguridad y publicaciones en el diario The New York Times, cuando el Ejército Mexicano detuvo por primera vez al “Ratón”, fue Iván Archivaldo quien ordenó al cártel desatar una gran violencia en la capital del estado, lo que provocó que los militares liberaran a Ovidio.
“El Chapito” ya fue detenido anteriormente, cuando en febrero de 2005 elementos de la Policía Municipal de Zapopan, Jalisco, lo capturaron al intentar darse a la fuga, ya desde ese momento era objetivo de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), por tráfico de drogas lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa.
Fue ingresado al Centro Federal de Readaptación Social Número 1 “El Altiplano”, en el Estado de México, donde se le realizaron exámenes psicológicos para determinar su nivel de peligrosidad; no obstante, en 2008 Guzmán Salazar fue liberado luego de que el magistrado José Guadalupe Luna Altamirano lo exoneró de dichos delitos, por “falta de pruebas”.
A la fecha ese juez se encuentra suspendido y acusado de enriquecimiento ilícito.
Tras haber librado la cárcel, Iván Archivaldo, junto con su hermano Jesús Alfredo, comenzaron a tener mayor importancia dentro de la organización criminal y fue hasta 2013 que el gobierno de Estados Unidos formalizó una acusación en su contra por importar metanfetamina, cocaína y marihuana, así como por la conspiración para lavar dinero”.
En este momento la DEA ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por información que lleve a su captura y “El Chapito” aparece junto al de Ismael Zambada García “El Mayo”, y el de dos hijos de éste: Ismael Zambada Imperial “Mayito Gordo”, e Ismael Zambada Sicarios “Mayito Flaco”, como objetivos de prioridad del gobierno estadounidense.
Con la caída de Ovidio, el grupo criminal sólo demostró que su fuerza no fue suficiente y pese a que “El Chapito” y Jesús Alfredo pretenden conservar el mando del Cártel de Sinaloa, la familia enfrenta una rebelión en su territorio. A eso se suma la confrontación con la gente del "Mayo" Zambada, con quien hay un pleito directo.