Jueves 11 de Enero de  2024
ACCESO A LA SALUD

En la mira de López-Gatell consultorios de farmacias; éstas cubren las deficiencias del sector salud

De las 40 mil farmacias que hay en el país, 18 mil operan con bajo el esquema de CAF, en las cuales se otorgan alrededor de 350 mil consultas diarias

Escrito en NACIONAL el

Si bien el crecimiento de consultorios médicos en farmacias de todo el país no resuelve el problema de rezago en salud que no ha logrado cubrir el gobierno, para algunos ciudadanos se ha convertido en la única opción.

Durante el Pulso de la Salud el pasado martes, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, señaló que, pese a la numerosa cantidad de Farmacias con Consultorios Adyacentes, “no se puede prescindir de este tipo de consultorios de forma inmediata”.

Las llamadas Clínicas Adyacentes a Farmacias (CAF) se incorporaron al país en 1997 como parte de una estrategia comercial de una cadena de farmacias, pero el boom se vino con la regulación de antibióticos con receta, en 2010.

Entre 2010 y 2014, el número de CAF aumentó un 340%, con el establecimiento de hasta 15 mil farmacias de gran tamaño o independientes. 

Datos de la Asociación Nacional de Farmacias de México (Anafarmex) estiman que actualmente de las 40 mil farmacias que existen en todo el país, 18 mil operan con bajo el esquema de CAF, en las cuales se otorgan alrededor de 350 mil consultas diarias.

La Cofepris -dependencia encargada de ejercer la regulación, el control, la vigilancia y el fomento sanitario en estos establecimientos- destaca en su “Guía para las buenas prácticas en farmacias con consultorios adyacentes” que atenderse con un especialista en estos lugares ayuda a hacer un mejor uso de los antibióticos, tomando en cuenta estos cuatro puntos:

  • Existe un diagnóstico médico adecuado a las enfermedades de los pacientes, orientándolos a la compra de antibióticos, antivirales o de otros medicamentos de acuerdo con la prescripción.
  • No hay automedicación perjudicial con antibióticos.
  • Se reduce el riesgo a la resistencia bacteriana ocasionada por la medicación inadecuada.
  • Se reduce el riesgo de desviación de antibióticos al mercado informal.

Estas ventajas se contraponen a lo dicho por López-Gatell, quien consideró que sí ha habido un abuso en la prescripción de antibióticos por parte de los especialistas que trabajan en dichos establecimientos, pues su principal fin es prescribir medicamentos al por mayor, situación que se intensificó con el Covid-19.

“Para estas cadenas de farmacias lo importante es que salgan con una receta de seis, ocho, 10, 15 medicamentos, la gran mayoría no indicados, no correctamente indicados, abuso en el uso de antibióticos.

“En Covid vimos muy problemático el abuso de antibióticos, de esteroides, que causaron muchas complicaciones o incluso la muerte de personas que fueron atendidas en estos consultorios”, destacó.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2021 sobre Covid-19 reportó que 23.3% de los pacientes se atendió en el IMSS, 22.2% en consultorios privados ubicados en domicilios particulares, 16.4% en centros de salud u hospital de la Secretaría de Salud, 19.9% en consultorios adyacentes a farmacias (CAF), 5.5% en consultorio dentro de un hospital privado y 3.2% en otros servicios privados.

Es así que los CAF se han mantenido entre la población pues se ha dado un gran valor a la inmediatez con la que se es atendido, en comparación con los servicios de salud pública, en los que generalmente se tiene que acudir en las primeras horas del día para poder hacerse de un turno -siendo estos limitados a un número de personas- o a los periodos de espera para poder obtener una cita, que en casos como el del IMSS, pueden pasar hasta meses.

“La idea básica con la que estos consultorios empezaron a hacer fama y después a tener una clientela importante fue que tienen una resolución inmediata que aparentemente soluciona problemas de salud, porque simplemente hay que pararse en el consultorio, no se necesita hacer cita y se le atiende”, dijo al respecto el subsecretario.

Esto se suma al costo que el paciente invierte en su salud, pues los medicamentos que se prescriben suelen ser genéricos, cuyo valor puede ser hasta cuatro veces menor que el de patente.

Asimismo, el funcionario señaló que estos consultorios efectivamente brindan un servicio médico, pero a veces de manera muy precaria o mal encausado, lo que puede poner en riesgo la salud de los usuarios.

“Los consultorios adyacentes a la farmacia no resuelven problemas de salud de mayor importancia, quizá resuelven una pequeña gripe, un dolor de cabeza, una diarrea, un problema de salud muy de corta duración que afecta a población principalmente sana, pero alguien que tiene diabetes o hipertensión o una enfermedad pulmonar o una enfermedad cardiaca crónica, como gran cantidad de la población mexicana, estos consultorios no le van a resolver o incluso podrían poner en peligro su salud y su vida, y esto es muy importante tenerlo presente”, dijo López-Gatell.

El presidente López Obrador se comprometió a hacer realidad el “derecho a la salud”; es decir, garantizaría a todos los mexicanos la “atención médica y medicamentos gratuitos”. Sin embargo, prevalece la falta de atención médica y el abasto de medicamentos, problemática que ni el Insabi ha podido resarcir.

Durante el primer año de la pandemia en el país, más de 35.7 millones de mexicanos carecía de servicios públicos de salud, refieren cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).