En el reporte anual que se entrega el 30 de junio sobre los planes de acción que se mantendrán de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, el gobierno federal dejó fuera al menos 15 programas que promueven el apoyo a sectores como los pequeños empresarios, el campo y las mujeres.
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De acuerdo con la revisión de la estructura programática para 2023, el presupuesto se concentra más en los subsidios que en los programas de desarrollo. Por ejemplo, a los microempresarios, a quienes se les había diseñado el Programa de Apoyo Financiero a Microempresas Familiares a través de la Secretaría de Economía con motivo de la pandemia, el cual consistía en el otorgamiento de un Crédito a la Palabra por 25 mil pesos, con tres meses de gracia.
Para el siguiente año ese apoyo ya no existirá bajo el argumento de la reapertura de actividades en todo el país. “Una vez establecida la estrategia para la apertura de las actividades sociales, educativas y económicas, se considera que el programa ha cumplido con el propósito para el que fue constituido”, dice el texto de justificación.
Se elimina también el programa de Calidad en la Atención Médica, que operaba la Secretaría de Salud, estaba a orientado a dar incentivos a instituciones médicas para brindar un mejor servicio, pero ya dejó de recibir recursos. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público no da argumentos para su desaparición, sólo explica que se dejó de asignar dinero para su operación en este 2022.
En lo que se refiere al campo, en el documento de las previsiones para 2023 se explica que se eliminan cuatro programas que operaba la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero.
Se trata de las garantías líquidas, capacitación para Productores e Intermediarios Financieros Rurales, apoyo a Unidades de Promoción de Crédito y reducción de Costos de Acceso al Crédito.
En su reporte, la SHCP no argumenta su eliminación, pero cuando surgieron esos programas se publicó en el Diario Oficial de la Federación que el propósito era “promover el acceso a los servicios financieros de la banca de desarrollo, a través de esquemas y programas de financiamiento, así como otros productos financieros, que permitan una mayor inclusión de su población objetivo que enfrenta limitaciones de acceso al sistema financiero privado formal, impulsar un mayor financiamiento con la participación del sector privado en los sectores prioritarios para contribuir al desarrollo económico nacional”.
Asimismo, buscaban “impulsar y facilitar el uso y la contratación de los servicios financieros y de transacciones electrónicas que ofrece la banca de desarrollo para incrementar el acceso de la población y de los sectores objetivos”.
En cuanto a los planes para el desarrollo de mujeres, desaparece el Programa de Fomento a la Participación Ciudadana, el cual estaba enfocado a las organizaciones de la sociedad civil que defienden derechos de las mujeres.
Así también se elimina el Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género como consecuencia de la desaparición del Instituto Nacional de Desarrollo Social.
“Se resectorizan estos programas con el fin de que sean operados a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la violencia contra las Mujeres” de la Secretaría de Gobernación, dice el documento entregado a la Cámara de Diputados, lo que contraviene la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que esos apoyos se mantendrían a cargo de la Dirección General para el Bienestar y la Cohesión Social de la Secretaría de Bienestar.