El jueves pasado, la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados señaló que, por tercera ocasión, la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), María Elena Álvarez Buylla, no asistió a comparecer para dar cuenta de su gestión, y sólo tuvo un encuentro en privado con los legisladores de Morena.
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Es así que la funcionaria se negó a cumplir con los cuestionamientos sobre el manejo de la dependencia a su cargo, de acuerdo con lo que establece el artículo 93 de la Constitución mexicana, que a la letra señala: “Cualquiera de las Cámaras podrá convocar a los Secretarios de Estado, a los directores y administradores de las entidades paraestatales, así como a los titulares de los órganos autónomos, para que informen bajo protesta de decir verdad, cuando se discuta una ley o se estudie un negocio concerniente a sus respectivos ramos o actividades o para que respondan a interpelaciones o preguntas”.
Los legisladores han reclamado a Concacyt irregularidades que van desde el tráfico de influencias, favoritismo y nepotismo para el acceso a becas y programas. Además, le han exigido a Álvarez Buylla la cancelación de proyectos, gastos injustificados y uso de fondos públicos sin declarar.
La ausencia en la Cámara de Diputados fue evidenciada por algunos legisladores en redes sociales.
La mayor parte de los reclamos provienen de denuncias de científicos a quienes se les cancelaron investigaciones que ya estaban en curso; también de estudiantes que tuvieron que interrumpir su preparación en México o en el extranjero, y de todos aquellos a los que no se les concedió una beca, pese a contar con las condiciones para obtenerla.
El caso más reciente ocurrió en junio pasado, cuando la directora de Conacyt no respondió a la solicitud de apoyo económico para transporte e inscripción de cuatro estudiantes de nivel medio superior, preseleccionados para participar en la Olimpiada Internacional de Biología en Erevan, Armenia.
El Consejo no sólo negó el recurso, sino que detuvo la gestión para que los estudiantes obtuvieran una beca en otra institución, ya que estipula que no deben de estar inscritos en otros programas de apoyo económico.
Al ser un evento internacional, uno de los requisitos establecidos por la sede es que los recursos deben ser otorgados por la instancia gubernamental correspondiente de cada país, en este caso Conacyt o, en su defecto, una empresa privada o institución afiliada al Reniecyt (Registro Nacional de Instituciones y Empresas Científicas y Tecnológicas), lo que excluyó a los estudiantes para poder recaudar fondos.
Al respecto, el pasado 28 de junio, Cristina Revilla Monsalve, directora de la Olimpiada Nacional de Biología (ONB), que le fue notificado el rechazo del presupuesto 14 días después de que cerraran las inscripciones al evento, por lo que no tuvieron tiempo de buscar patrocinio de otra institución privada.