A principios de este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró la adicción a los videojuegos como una enfermedad mental y le asignó el lugar número 11 en la Clasificación Internacional de Enfermedades. Médico es el primer consumidor de videojuegos en América Latina y ocupa el lugar número 12 a nivel mundial.
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Ante este contexto, el diputado Antonio de Jesús Ramírez Ramos, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), propuso reformar y agregar una fracción al artículo 3 de la Ley General de Salud para que se considere materia de salud la adicción a los videojuegos.
Esta reforma permitiría al Estado garantizar un diagnóstico adecuado y oportuno, además de acceso a especialistas que aseguren una recuperación efectiva de los pacientes.
Asimismo, permitiría a las autoridades diseñar e implementar políticas públicas para prevenir, tratar y controlar el uso problemático y adictivo de esta forma de entretenimiento.
En su exposición de motivos, recordó que además del aspecto de la salud, otro riesgo inminente relacionado a los videojuegos es el acceso que tienen, niñas, niños y adolescentes a títulos no aptos para su edad.
Ante ello, dijo que en semanas anteriores presentó un punto de acuerdo para llamar a la autoridad a verificar el cumplimiento de la normatividad existente en cuanto a clasificación de videojuegos, que entró en vigor en agosto de 2021 y para que informe el estado que guardan los controles parentales, diseñados para que los padres, madres, tutores o supervisores puedan impedir o restringir el acceso de los menores a un contenido inapropiado.
El legislador pidió a la Dirección de Radio, Televisión y Cinematografía, de la Secretaría de Gobernación, garantizar la adecuada ejecución de campañas publicitarias en medios de comunicación donde se informe a la población sobre la clasificación y controles parentales de los videojuegos.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) también ha alertado sobre problemas relacionados con los videojuegos, pues el tiempo de exposición prolongado frente a dispositivos electrónicos como celulares, computadoras, tabletas y pantallas, han provocado un aumento de casos relacionados con problemas visuales, que van desde ojos secos hasta alergias que se activan por la sobreexposición.