Este lunes el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, visitó la capital ucraniana, Kiev, para reunirse con su homólogo, Volodímir Zelenski, en un evento que no se tenía planeado y que solamente fue confirmado una vez que el americano aterrizó en territorio ucraniano. Su llegada había sido mantenida en secreto por razones de seguridad.
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El presidente estadounidense confirmó que su país continuará apoyando a Ucrania a través de la entrega de armas y dinero, esta vez, dio a conocer que se les entregará 500 mdd para ayudar a su causa. Al mismo tiempo, confirmó que aumentarán las sanciones económicas contra Rusia, y que se entregará más equipo militar como municiones, artillería y misiles javelin.
“Anunciaré una nueva entrega de equipos esenciales, especialmente munición de artillería, sistemas antitanques y radares de vigilancia aérea. Un año después, Kiev sigue de pie. Ucrania sigue de pie y la democracia sigue de pie”— dijo Biden durante su discurso.
Biden se encontraba en un viaje diplomático en Polonia para reunirse con el presidente polaco, Andrezej Duda. Horas antes de su llegada a Ucrania, ya se estaba hablando de un “invitado especial”. Al confirmarse que era el estadounidense, las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar en las calles de la capital ucraniana.
Por su parte, Zelenski dijo tras el discurso de Biden que su presencia era una era de suma importancia para el pueblo ucraniano y su lucha por defenderse de una invasión. Utilizó sus redes sociales para dar el siguiente mensaje:
"Joseph Biden, bienvenido a Kiev. Su visita es una señal extremadamente importante de apoyo a todos los ucranianos"
Múltiples usuarios en redes sociales están criticando la visita de Biden en Ucrania, reprochando que el americano en realidad debería encontrarse presente en Ohio mostrando su apoyo, y no del otro lado del mundo gastando millones en un conflicto bélico.
Estas críticas se dan porque la semana pasada, un tren que cruzaba el pueblo de East Palestine se descarriló, liberando en la atmósfera 300 mil litros de cloruro de vinilo y otras sustancias tóxicas, un evento que ya está siendo considerado el mayor desastre ambiental en la historia de Estados Unidos, incluso siendo mencionado como “el Chernóbil americano”.