La madrugada de este miércoles se produjo un sismo de magnitud de 6.1 en la escala Richter, en Afganistán. Se reportan varios daños de estructuras y deslaves en distintas partes del país. Hasta el momento, medios informaron que hay por lo menos mil muertos y mil 500 heridos. Es el peor terremoto de Afganistán en dos décadas.
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El jefe de Información y Cultura de la provincia de Paktika, Mohammad Amin Huzaifa, dijo lo siguiente en una entrevista:
“La gente excava y excava tumbas. Está lloviendo y las casas están destruidas. No hay lugar donde refugiarse ni comida. Hay gente atrapada en los escombros; necesitamos ayuda de inmediato”.
El ministro de Desastres Naturales de Afganistán, Mohamad Abas Akhund, refirió que la zona más afectada es una “muy complicada y montañosa”, lo que causará que los desplazamientos de heridos se compliquen. Distintas imágenes en redes sociales muestran a varios siendo transportados en helicóptero.
El sismo se percibió en la capital afgana, Kabul, que se encuentra a 200 Km del epicentro. Adicionalmente, se sintió en el país vecino, Pakistán, donde también se reportaron heridos y daños en estructuras. Los sismos en esta región son frecuentes, pero es raro que tengan este nivel de intensidad, el último comparable ocurrió en 1998 y dejó 4 mil 500 muertos.
La situación es crítica en Afganistán, ya que desde agosto del año pasado es gobernada por el Talibán. Desde entonces, ha entrado en una crisis financiera y humanitaria, principalmente por el bloqueo de millones de ventas en el extranjero y la cancelación de ayuda internacional.
No obstante, varios países del Medio Oriente, la ONU y la Unión Europea han dejado claro que están dispuestos a movilizarse y ayudar en las labores de rescate. El Papa Francisco también expresó sus condolencias y pidió al mundo “aliviar el sufrimiento del querido pueblo afgano”. Sin embargo, la situación diplomática puede complicar el apoyo internacional.