Los contaminantes del aire pueden aumentar el riesgo de algunos tipos de infecciones respiratorias como la influenza y el SARS; pero la pandemia despertó los temores de que podría ser el mismo caso con el COVID-19. Otros estudios también han demostrado que las áreas con mala calidad del aire tienen más casos de COVID-19.
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Investigadores del Instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia, han estudiado esto con más detalle, al examinar el vínculo entre la exposición estimada a los contaminantes del aire en los domicilios y las pruebas positivas de PCR en adultos jóvenes en Estocolmo.
El estudio se basa en los individuos registrados al proyecto “BAMSE”, que ha seguido regularmente a más de 4.000 participantes en Estocolmo desde su nacimiento. Al vincular estos datos con el registro nacional de enfermedades transmisibles, los investigadores identificaron a 425 personas que dieron positivo a una prueba entre mayo de 2020 y finales de marzo de 2021. La edad promedio de los participantes fue 26 años, de los cuales el 54% eran mujeres.
Olena Gruzieva, profesora asociada del Instituto de Medicina Ambiental del Instituto Karolinska y una de las autoras del estudio declaró al respecto:
"Nuestros resultados se suman al creciente cuerpo de evidencia de que la contaminación del aire tiene un papel que desempeñar en el COVID-19 y respaldan el beneficio potencial de mejorar la calidad del aire".
La asociación observada no estuvo influenciada por el sexo, el tabaquismo, el sobrepeso o el asma. Los investigadores ahora se encuentran examinando el vínculo entre los contaminantes del aire y los síntomas posteriores a la COVID-19 en adultos jóvenes.