Este jueves, el expolicía Panya Khambrab, entró a una guardería ubicada en la provincia del noreste de Tailandia, Nong Bua Lam Phu, donde asesinó con una escopeta, una pistola y un cuchillo a 38 personas, de las cuales 23 eran niños.
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La policía tailandesa y testigos del crimen aseguran que atacó mientras dormían la siesta, la mayoría de los menores murieron acuchillados.
De acuerdo con la enfermera Nantchicha Punchum, el atacante llegó al lugar en su coche, se estacionó y comenzó a matar a los cuidadores, incluyendo a una mujer embarazada. Después, pateó la puerta donde se encontraban los niños y terminó con sus vidas; regresó a su auto y huyó del sitio.
La policía tailandesa reportó que Khambrab se dirigió a su hogar que se encontraba a solo unos minutos de la guardería, en el camino también atropelló a varias personas. Una vez en casa, le disparó a su esposa e hijo y después terminó con su vida.
Panya Khambrab tenía el cargo de teniente coronel en la policía de la provincia; pero en enero de este año fue despedido del cuerpo policial por estar involucrado en un caso posesión de una metanfetamina popular en el país de nombre “Yaba”. Antes de realizar el ataque, Khambrab atendió a la corte por este mismo caso.
Testigos de la masacre declararon que el atacante era conocido por su uso de drogas, y aseguraron que antes del ataque, estaba manejando de una manera errática. La policía tailandesa aclaró que una autopsia va a confirmar si, en efecto, estaba bajo la influencia de alguna droga.
Se espera que el primer ministro de Tailandia, Prayuth Chan-ocha, visité la provincia de Nong Bua Lam Phu el viernes, quien a través de un comunicado en su cuenta oficial de Facebook ofreció sus condolencias a las familias de las víctimas.