Dormirse tarde de forma habitual puede parecer simplemente un mal hábito o una preferencia personal, pero desde la psicología, este comportamiento puede estar relacionado con diversos factores emocionales, conductuales y cognitivos.
En primer lugar, acostarse tarde de manera crónica puede estar asociado con un fenómeno conocido como procrastinación del sueño. Se trata de una conducta en la que la persona, aun sintiendo sueño o sabiendo que debe descansar, retrasa voluntariamente la hora de ir a dormir.
Según expertos, esto suele estar vinculado al deseo de recuperar una sensación de control sobre el tiempo personal, especialmente en personas que durante el día están sometidas a rutinas estresantes o poco satisfactorias.
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Otros significados del porqué una persona se duerme tarde
Por otro lado, desde una perspectiva emocional, las personas que se duermen tarde con frecuencia pueden estar experimentando ansiedad, estrés o incluso depresión. En estos casos, la mente permanece activa durante la noche, llena de pensamientos rumiantes o preocupaciones, lo que impide una relajación adecuada.
También se ha observado que algunas personas utilizan la noche como un espacio de evasión emocional, ya que el silencio y la privacidad les permite reflexionar o realizar actividades que no pueden hacer durante el día.
Además, los trastornos del ritmo circadiano también pueden influir. Algunas personas presentan lo que se conoce como “fase de sueño retrasada”, donde su reloj biológico natural está desplazado hacia horas nocturnas, lo que les hace sentir somnolencia mucho más tarde que la mayoría de la población.
Desde la psicología conductual, dormirse tarde puede volverse un patrón reforzado por estímulos como el uso excesivo del celular, televisión o internet durante la noche, que activan el cerebro y dificultan la conciliación del sueño.
J.R