Ubicado entre las montañas de la Sierra Norte de Puebla, Cuetzalan del Progreso es un destino que parece suspendido en el tiempo y envuelto en un manto constante de niebla. Este encantador destino, reconocido oficialmente como pueblo mágico desde 2002, ofrece una experiencia única para quienes buscan conectar con la naturaleza, la cultura indígena y una atmósfera de misterio y tranquilidad.
Lo que hace especial a Cuetzalan no solo es su belleza arquitectónica, con calles empedradas, casas blancas con techos de teja roja y su impresionante iglesia de San Francisco, sino también su clima húmedo y brumoso que le da un aire místico. La niebla, frecuente durante gran parte del año, crea paisajes de ensueño que parecen sacados de un cuento, especialmente al amanecer o al atardecer.
Además de su encanto visual, Cuetzalan es un importante centro cultural para los pueblos indígenas totonacas y nahuas. Los domingos, su tradicional tianguis (mercado) reúne a los habitantes de comunidades cercanas, quienes visten con trajes típicos y venden artesanías, productos locales y textiles bordados a mano. También es común ver rituales ancestrales como la ceremonia de los Voladores de Papantla, que se realiza en la explanada principal del pueblo.
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Actividades que se pueden hacer en este pueblo mágico
Para los amantes del ecoturismo, Cuetzalan ofrece numerosas atracciones naturales como grutas, ríos y cascadas. Entre las más populares se encuentran las cascadas Las Brisas y El Salto, así como la gruta Atepolihui, ideal para quienes disfrutan de la exploración y la aventura.
La gastronomía también es un punto fuerte del lugar, con platillos tradicionales como el tlayoyo, el zacahuil y el café de altura cultivado en la región.
Cuetzalan es, sin duda, un destino que merece ser descubierto. Su clima brumoso, sus tradiciones vivas y su riqueza natural lo convierten en un rincón mágico de Puebla que invita a perderse y encontrarse entre la niebla.
J.R