Entre los documentales que se encuentran compitiendo en el Festival de Cine en Guadalajara (FICG) se encuentra la más reciente obra del cineasta mexicano, Everardo González.
Se trata de “Una jauría llamada Ernesto”, en donde retrata la vida de tres jóvenes que por motivos estructurales de desigualdad, glorificación del mundo criminal, entre otros factores, realizan algunas “tareas” para el narcotráfico, y deciden sumarse a sus filas, en el centro de la CDMX, y otras entidades del país.
El documental es relatado por los propios jóvenes pertenecientes a células criminales ubicadas en Tepito, San Luis Potosí y Nuevo León que han matado por dinero. Algunas cifras señalan que, de los 300 mil asesinatos en México en los últimos 15 años, 30 mil fueron cometidos por menores de edad.
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Las grabaciones fueron realizadas en zonas peligrosas de la república. El director ha contado que logró tener el acercamiento con los chicos mientras se encontraban recorriendo algunos barrios, señala que los jóvenes lo interceptaron para saber que era lo que estaba haciendo, quienes al final accedieron a ayudarle a cambio de unas clases de cine.
Director se anticipa ante posibles amenazas
Everardo González ha sido productor de varias muestras importantes de cine mexicano como: “La libertad del diablo” (2017), “Los ladrones viejos” (2007) y “El cielo abierto” (2011).
En dos de sus anteriores cintas recibió amenazas por parte de personas que participaron dentro de los documentales, y hace 20 años contó con escolta por un año y medio. Sin embargo, con su nueva cinta se siente seguro que no habrá ninguna situación similar ya que todos los testigos fueron anónimos.
“Ahora pienso que no hay argumentos porque todo está construido a partir de anónimos, no significa que uno no esté vulnerable, pero me he dado cuenta de que no son sociópatas que lastimen por el placer sólo de lastimar, (aunque) sí los hay, por supuesto”, declaró el director mexicano.