APRO.- México intenta evitar la imposición de posibles sanciones comerciales, en los próximos días, por no impedir la inminente extinción de la vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo y el mamífero marino más amenazado.
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Estudios estiman que sólo podrían quedar unos ocho ejemplares de las vaquitas en el Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, el único sitio en el que existen y donde a menudo se enredan en redes agalleras ilegales y se ahogan.
El gobierno mexicano presentó un plan de protección esta semana a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), que había rechazado una versión anterior. En el plan, el gobierno menciona que una de sus principales prioridades es establecer técnicas de pesca alternas a la pesca con redes de enmalle.
En realidad, las labores implementadas por el gobierno para proteger a la vaquita marina han sido irregulares.
El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se ha negado en gran medida a erogar dinero para compensar a los pescadores por mantenerse fuera del refugio de vaquitas y para que dejen de utilizar redes agalleras. Esas redes son colocadas de manera ilegal para atrapar a la totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es una exquisitez en China y se cotiza en miles de dólares por libra.
El grupo activista Sea Shepherd, que se ha unido a la Marina mexicana en las operaciones de vigilancia para frenar a los pescadores y ayudar a destruir las redes agalleras, dijo que dichas labores han reducido exitosamente la pesca con redes.
El gobierno mexicano prohibió el uso de redes agalleras en la zona en 2017, en el entendido de que proporcionaría pagos de ayuda y capacitación para utilizar métodos de pesca menos peligrosos.
Durante años, Sea Shepherd ha enviado embarcaciones al Golfo de California para tratar de desalentar la pesca ilegal y retirar redes abandonadas que siguen atrapando a las vaquitas.
Sea Shepherd dijo que sus labores conjuntas con la Armada de México (por medio de las cuales se han hundido unos 193 bloques de hormigón al fondo del golfo para llevarse consigo redes ilegales en la zona destinada a la vaquita) han resultado en una reducción del 79% en la cantidad de tiempo que pequeñas embarcaciones pasan pescando ilegalmente en el área protegida.
Disminuyó de 449 horas registradas entre el 10 de octubre y el 5 de diciembre de 2021, a 164 horas en el mismo periodo de 2022. Pero sigue siendo mucho tiempo de pesca en una zona en la que se supone que está totalmente prohibida.