El arzobispo anglicano Desmond Tutu, quien se convirtió en un ícono de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica y fue galardonado con el Nobel de la Paz, murió este domingo a los 90 años.
“El fallecimiento del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de duelo para nuestra nación que despide a una generación de sudafricanos excepcionales que nos legaron un país liberado”, afirmó el presidente Cyril Ramaphosa en un comunicado.
Tutu fue maestro pero dejó la carrera después de que se aprobara la Ley de Educación Bantú, la cual introducía la segregación racial en las escuelas.
Así comenzó su vida en la iglesia, se desempeñó como obispo de Lesotho y lector de una parroquia en Soweto.
Demond Tutu se convirtió en un activista contra el apartheid, organizando varias marchas pacíficas para denunciar la segregación. Esa lucha lo llevó a ganar el premio Nobel de la Paz en 1984.
Fiel a sus principios, fue un duro crítico de los gobiernos del Congreso Nacional Africano (ANC) que combatieron el apartheid, y fustigó al expresidente Thabo Mbeki, también señaló la corrupción o las fallas en la lucha contra el sida.
En todos los ámbitos criticó el 'status quo' en temas como la raza, los derechos de los homosexuales y apoyó al movimiento en favor de la muerte asistida.
“Un hombre de extraordinaria inteligencia, integridad e invencibilidad contra las fuerzas del apartheid, también era tierno y vulnerable en su compasión por aquellos que habían sufrido la opresión, la injusticia y la violencia bajo el apartheid”, recordó Ramaphosa.
Tras difundirse la noticia de su muerte, diversos mandatarios expresaron sus condolencias, como el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien destacó que Tutu fue un compañero de lucha contra el racismo con Nelson Mandela y recordó una de sus frases: “Si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, señaló que el arzobispo Desmond Tutu era un mentor, un amigo y un faro moral, para él. El presidente del Consejo Europeo, que representa a los 27 países de la Unión Europea, Charles Michel, celebró al hombre que “dio su vida por la libertad con un compromiso profundo por la dignidad humana”.
El primer ministro británico Boris Johnson lo calificó de “figura crítica” en la lucha por crear una nueva Sudáfrica. También la reina Isabel II se dijo “profundamente entristecida” por la muerte del arzobispo, mientras que el Dalai Lama, viejo amigo de Tutu, elogió a “un gran hombre enteramente dedicado al servicio de sus hermanos y hermanas”.