En momentos en que la delincuencia tiene asoladas las carreteras del país, en que los miembros del crimen organizado saltan de un lado a otro de las entidades del Bajío, no queda más que unir fuerzas.
Por eso el acuerdo signado ayer entre Hidalgo y Querétaro en materia de colaboración en la materia resulta una bocanada de aire fresco.
El artífice de esa coadyuvancia fue el jefe de despacho de la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo, Santiago Nieto, en conjunto con el fiscal queretano, Alejandro Echeverría Conejo.
El trato apela a que por la colindancia de las entidades hay que echar mano de la colaboración para hacer frente a robos a transporte, retenes a automovilistas e incluso a los sicarios que saltan de una demarcación a otra para cometer sus fechorías.