La Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) y la organización Pure Earth México colaborarán en un programa para promover prácticas sustentables en las comunidades alfareras del estado, con el que se busca inhibir los procesos contaminantes que han mermado la salud de los artesanos.
“Barro Aprobado” es la estrategia para mitigar los niveles de plomo en la alfarería mexicana, misma que investigadores de ambas instituciones pretenden aplicar en comunidades queretanas para cambiar las técnicas que los alfareros utilizan actualmente y así promover producciones libres de sustancias dañinas, explicó el director de Pure Earth en México, Daniel Estrada, en entrevista con Vía•Tres.
Los pilares del programa son mejorar la salud tanto de los artesanos como de la población que adquiere sus productos, además de preservar un oficio ancestral que es el sustento económico de diversas comunidades.
El directivo explicó que la alfarería es una actividad que se realiza desde tiempos remotos; pero con el arribo de los españoles se introdujo al país la técnica del vidriado, en la que se utiliza óxido de plomo para lograr que los líquidos no se infiltren en las piezas.
“El problema que detectamos es que el óxido de plomo se despega con la comida ácida o caliente, como salsas; esto provoca que el cuerpo humano absorba el óxido de plomo como si fuera calcio y genera pérdida de capacidades intelectuales y menor capacidad de comprensión de las cosas; lo que provoca actitudes violentas de las personas”, dijo.
Reducir los niveles de plomo en la sangre es el objetivo de “Barro Aprobado”; pues, de acuerdo con investigaciones de Pure Earth, en México se ha detectado alta toxicidad de este elemento en la loza de barro vidriado, el cual se impregna en alimentos y bebidas. Por ello, promueven la depuración del barro y el desarrollo sustentable de las zonas alfareras.
El óxido de plomo está relacionado con más de 120 padecimientos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS); el cuerpo humano está diseñado para soportar cinco microgramos por decilitro, pero investigaciones de Pure Earth han revelado que los alfareros llegan a tener niveles de entre 26 y 65 microgramos por decilitro, de acuerdo con pruebas que se hicieron a más de 500 alfareros de diferentes comunidades mexicanas.
Según la ONG, uno de los grandes retos radica en adoptar esmaltes libres de plomo para la producción alfarera, así como promover el consumo del barro de calidad; pues hacer un cambio contribuiría a la sostenibilidad económica de las comunidades.
Reducir prácticas riesgosas también es indispensable para aumentar la posibilidad de exportación de la alfarería, debido a que altos niveles de óxido de plomo contravienen normas internacionales que regulan las cantidades permisibles en los productos de cerámica.
Retomar la técnica de bruñido es una de las alternativas para reducir riesgos en la salud, explicó la directora de vinculación de la UAQ, Paulina Becerril Luna.
Actualmente, la académica labora con cinco comunidades alfareras del estado: Boxasní y La Magdalena, en el municipio de Cadereyta; San Ildefonso Tultepec, Santiago Mexquititlán y El Bothe, en Amealco de Bonfil. Entre las cinco localidades se han detectado al menos 19 alfarerías; la mayoría se localizan en Boxasní.
El proyecto que pretenden desarrollar en común, además de buscar una alfarería sustentable, planea dar acompañamiento a los artesanos para que sus creaciones salgan al mercado internacional.
“Buscamos acompañar a este proyecto con los alfareros de Boxasní, precisamente para darles a conocer la importancia de la técnica de bruñido para cuidar su salud y también ayudarlos con la exportación de sus productos”, explicó.
Para concretar este proyecto, la universidad firmará próximamente el convenio de colaboración con Pure Earth para iniciar el programa “Barro Aprobado”, que ya se aplica en zonas de Puebla y Morelos; Querétaro se convertiría en la tercera entidad del país en implementarlo.