Vecinos y locatarios de la unidad habitacional Agua Santa, tienen opiniones encontradas ante la intención del Ayuntamiento de Puebla de retirar las rejas que ellos mismos han colocado en la vía pública para la protección de sus vehículos.
Esta semana, personal de la Secretaría de Gestión y Desarrollo Urbano empezó con la revisión de mil 221 denuncias por la instalación de estas estructuras metálicas y al mismo tiempo aplicó encuestas para conocer la opinión de los vecinos.
En este conjunto habitacional ubicado al sur de la ciudad, en el que viven más de 13 mil 100 personas distribuidas en tres mil 300 hogares; algunos vecinos se pronunciaron en contra de la propuesta del gobierno municipal, porque además de que “perderían la inversión” del enrejado -entre tres mil 500 y cinco mil pesos-, quedarán en un estado de indefensión por la inseguridad.
Los comerciantes del mercado de Agua Santa aseguraron que están dispuestos a retirarlas con la condición de que el Ayuntamiento de Puebla mejore la seguridad pública, toda vez que la colonia se ha vuelto una 'boca de lobo' por la falta de alumbrado público y no hay personal que atienda las dos casetas de vigilancia de los accesos principales.
Noé Rojas Gutiérrez, vecino del lugar, explicó que en esta unidad habitacional existe una anarquía por la colocación de estas estructuras metálicas, pues algunos han acaparado hasta cuatro espacios, otros los utilizan para guardar artículos que luego abandonan y generan un foco de infección; en tanto, la delincuencia utiliza los puntos ciegos para cometer robos a transeúntes.
"De las jaulas, el Ayuntamiento hizo una encuesta en la que preguntaron si estaban de acuerdo en que se regularizaran las jaulas, se retiraran o que pagara una cuota por la ocupación. La gente no quiere pagar, muchos quieren que se retiren las jaulas porque son un foco de infección, una guarida para delincuentes y aparte hay personas que se agandallaron de tres a cuatro espacios", aseguró.
Otro problema que genera la excesiva colocación de rejas es que también se ocupan para vender mercancía como ropa y alimentos, sin los permisos correspondientes; mientras que otros las utilizan como casas para sus mascotas.
Al respecto, Anuar Musalem, subdirector de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), señaló que el problema de la colocación de rejas en unidades habitacionales es de origen, es decir, comenzó desde que las desarrolladoras no dimensionaron sobre el incremento en la densidad poblacional, y por tanto no designaron espacios para cubrir el estacionamiento de sus habitantes.
Sostuvo que para erradicar el problema, tendría que desarrollarse desde el gobierno un proyecto integral para construir un espacio de estacionamiento comunitario que resuelva de fondo la problemática de los habitantes.
"Es un tema de seguridad pública pero sobre todo de planeación puesto que las desarrolladoras, cuando proponen el número de espacios deben de cumplir con un número de áreas verdes y cubrir las necesidades de comunicación", afirmó el funcionario.