Más que el gobernador Luis Miguel Barbosa o que el presidente municipal Eduardo Rivera Pérez, el personaje público con mejor reputación, imagen y hasta influencia seguramente en la ciudad y el estado de Puebla, es el director técnico del equipo de fútbol representativo de la Angelópolis, Nicolás Larcamón.
Su buen trabajo con un muy modesto plantel, materializado en resultados que hacen soñar a una afición que se había acostumbrado al fracaso, lo colocan sin duda en los cuernos de la luna, convertido en el ídolo deportivo de los poblanos, que llena espacios que se están quedando vacíos en el ámbito político y social.
Lo buena noticia es que, a diferencia de otros ídolos de La Franja en el pasado, que quisieron saltar al ámbito gubernamental, el argentino no tiene siquiera esa posibilidad. La mala es que empieza a ver su futuro lejos de Puebla; pues, según él mismo lo ha expresado, tiene el sueño de dirigir más adelante a la selección nacional.