Dentro de las reformas realizadas en 2019 a la Ley Federal del Trabajo, están las efectuadas al sistema de justicia laboral que contempla la conciliación entre el trabajador y patrón a través de los Centros de Conciliación, que están integrados por profesionales capacitados en medios alternos de solución de conflictos, sin embargo, la experiencia no siempre es positiva para los usuarios que inician este proceso.
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De acuerdo a la experiencia de algunos trabajadores, existen áreas de mejora para poder percibir a la institución como cercana y atenta a las necesidades de alguien que busca hacer valer sus derechos laborales.
“Vine a corregir la fecha que pusieron en mi constancia de no conciliación porque mi abogada me indicó estaba mal, y me dijeron que debo acudir a un juez para que él les solicite el cambio, cuando fue un error del centro”, denunció una ex trabajadora.
La explicación que recibió fue que ya estaba expedida la carta de no conciliación y que no podía modificarse ese dato, a pesar de la existencia de documentos que comprueban el error. Esto complicará su caso, ya que para presentar la demanda por despido injustificado, deberá ampararse y llevar a cabo un trámite legal adicional.
La información brindada a la ciudanía indica que el trabajador puede acudir al centro sin abogado, cuando la realidad es que las empresas envían a sus abogados, situación que deja le deja en desventaja al momento de negociar.
A pesar de que los centros están concebidos como instancia gratuita, imparcial y confidencial, en los casos donde el trabajador acude con un abogado, no le está permitido intervenir en el proceso, lo que, de acuerdo a los testimonios, les genera inseguridad al no sentirse capaces de negociar con alguien que conoce de leyes.
“No dejaron hablar a mi abogado, me parece injusto, porque mi patrón no está aquí y su abogado es quien habla, entonces no entiendo esta medida, me siento vulnerado”, manifestó un trabajador.
Por otro lado, genera desconfianza la cercanía que algunos conciliadores muestran con abogados de empresas, quienes al atender diversos casos de sus clientes ya conocen a quienes trabajan en la institución, situación que inquieta a las personas que recién inician con este trámite.
“Me sentí un poco presionado por el conciliador para aceptar lo que me ofrecía mi patrón, hasta parece cuate de ellos, mejor volveré a la siguiente cita pero con un abogado que me oriente sobre qué hacer”, expresó otro usuario.
El nuevo sistema de justicia laboral contempla que de no conciliar ambas partes podrán acudir a los Tribunales Laborales dependientes del Poder Judicial, con juicios orales, ágiles, modernos, expeditos y en presencia de un juez. Mientras que las Juntas de Conciliación y Arbitraje desaparecerán una vez que concluyan con los casos rezagados.