La organización internacional Oxfam, en su división México, llamó al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a crear un impuesto federal a las grandes fortunas, lo que le permitiría recaudar hasta 270 mil millones de pesos anuales.
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“Esto sería suficiente, por ejemplo, para incrementar el actual gasto en salud pública federal en casi 40% o para multiplicar en 17 veces el actual gasto federal en protección ambiental”, señaló.
En su trabajo denominado “Mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas de México” aseguró que los súper ricos en México han visto crecer sus fortunas en un 33%, desde el inicio de la pandemia y ello no necesariamente se ha visto reflejado en una mayor captación de impuestos.
Según este estudio, los contribuyentes con ingresos arriba de 500 millones de pesos anuales, apenas representaron el 0.03% de la recaudación total de impuestos; las grandes empresas pagaban hasta 2021 unas tasas efectivas de ISR de entre el uno y 8% del total de sus ingresos, muy por debajo del 30% que establece la ley.
La parte de los impuestos que se pagan hoy en México son sobre el consumo, los ingresos personales, la seguridad social y la nómina, resalta la organización.
Esta situación ha hecho que por cada 100 pesos de riqueza que se crearon entre 2019 y 2021, 21 pesos se fueron al 1% más rico y apenas 0.40 pesos al 50% más pobre.
“Solamente Carlos Slim, el hombre más rico de México y de América Latina y el Caribe, concentra más riqueza que la mitad de la población mexicana y ha visto crecer su riqueza en un 42% desde el principio de la pandemia, un monto equivalente a un millón de dólares por hora”, acotó la organizacón.
Con este trabajo la organización aseguró que busca desmentir tres mitos comunes alrededor de los impuestos a las grandes fortunas en México: que los súper ricos ganaron su fortuna echándole ganas; que ya pagan lo que les toca de impuestos, y que México no es Suecia, así que los impuestos a la riqueza aquí jamás serían posibles.
Ante este llamado propuso cinco recomendaciones para empezar a cambiar el actual estado del sistema fiscal mexicano: establecer un impuesto federal progresivo a las grandes fortunas; promover modificaciones fiscales profundas, progresivas y transparentes; revisar los privilegios fiscales del 1% más rico; priorizar la inversión pública en infraestructura social, como salud, educación y cuidados e impulsar la participación del gobierno mexicano en las discusiones fiscales regionales.
"Desde Oxfam México queremos abrir una conversación pública para comenzar a desmitificar los impuestos a las grandes fortunas mexicanas y sobre quién debería poner más para financiar la cuenta de lo público", ahondó.
Señaló que México ocupa la última posición entre las grandes economías de América Latina y el Caribe por recaudación de impuestos a la riqueza, con un monto que apenas ronda el 0.34% del Producto Interno Bruto (PIB), frente al promedio latinoamericano que es de 2.57%.
Oxfam es una organización global que trabaja para combatir la desigualdad, la pobreza, la injusticia y en favor de los derechos humanos.
Este tema ya ha sido debatido en países de la Unión Europea. El año pasado, España aprobó un nuevo impuesto para los más ricos, denominado como Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas (ITSGF), que según sus promotores ayuda a redistribuir la riqueza.