La próxima Cumbre de las Américas 2022, a celebrarse del 6 al 10 de junio en Los Ángeles, California, será un evento semivacío y desangelado, pues su modelo creado en la década de los noventa no está vigente ni responde a los intereses de la región latinoamericana, sino a los de Estados Unidos, consideraron especialistas de la UNAM.
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Durante la conferencia ¿Qué sigue para México en la Cumbre de las Américas 2022?, el académico del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC), José Ramón Briceño Ruiz, puso en duda la vigencia del modelo de la Cumbre de las Américas.
“La idea de crear un proceso hemisférico de integración es de 1991, cuando George Bush padre plantea la famosa Iniciativa para las Américas. Cuatro años después Bill Clinton retoma esa iniciativa y organiza la primera Cumbre en Miami. En su etapa inicial, quizá la más exitosa y donde tuvo más visibilidad y reconocimiento de las élites neoliberales que gobernaban América Latina en esa década, fue cuando se asoció con el proceso de creación del Área de Libre Comercio de las Américas”.
El académico consideró que se trata de un espacio regional que se creó en un momento distinto, con un contexto diferente y hoy resulta ilógico que se hable de migración en la región y no se invite a Cuba y a Venezuela.
Por su parte, Nayar López Castellanos, coordinador del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), consideró que la Cumbre: “ha sido tradicionalmente un espacio creado por Estados Unidos para generar un entorno favorable a sus intereses y su condición hegemónica que ha prevalecido durante la historia”.
El especialista consideró que Latinoamérica y el Caribe ha tenido importantes modificaciones en los últimos 20 años: pues las naciones de la región reimpulsan gobiernos más nacionalistas y que exigen posturas igualitarias.
Consideró que la Cumbre muestra la continuidad de la injerencia de EU en esa zona, así como una debilidad notoria en torno a la pretensión de elaborar listas de quienes son buenos y quienes son malos.
Por su parte, Mariana Aparicio Ramírez, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), recordó que entre los planes de la Cumbre está llegar a un consenso regional para abordar los efectos de la pandemia por la COVID-19 y fortalecer los sistemas de salud, pero “esto puede ser cuestionado, pues Estados Unidos fue una de las potencias que retardaron la cooperación para la transferencia de vacunas”.
Hasta este momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha confirmado su asistencia a la Cumbre, al considerar que no se invitó a todos los países del continente. Por su parte, la Casa Blanca esta semana confirmó que no han sido entregadas todas las invitaciones, ni aclaró qué países serían contemplados.