El incidente de los 51 migrantes muertos por asfixia en un tráiler abandonado en Texas complica la relación bilateral entre México y Estados Unidos, en el momento en que se confirma la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Washington para el próximo 12 de julio.
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“Hay discursos de mucha hipocresía de uno y otro lado, y los esfuerzos resultan pírricos en comparación con el fenómeno que se está desbordando y las mafias son las que están capitalizando esa ausencia del Estado de derecho”, sentenció Iliana Rodríguez Santibáñez, profesora de Derecho Internacional del Tec de Monterrey.
El presidente de EU, Joe Biden, apuntó que “este incidente resalta la necesidad de ir tras la industria multibillonaria que se aprovecha de los migrantes y que está llevando esto muy lejos a costa de la vida de muchos inocentes”.
La especialista en la relación bilateral confirmó que el tema es que “se van articulando mafias que se pelean unas con otras por este activo que representa el capital humano visto desde la trata de personas con fines de explotación laboral en su mayoría”.
Y para su análisis, esto “habla primero de la falta del Estado de Derecho de ambos lados de la frontera, porque por más que se diga que Estados Unidos es ejemplar en la coacción de sus propias leyes, es deficiente en la prevención de ingresos migratorios irregulares, pero por otro también en tratamiento que se le da a los migrantes en los centros de detención y la forma en que son devueltos”.
Para la especialista hay una política global fallida en el tratamiento de los flujos migratorios “y lamentablemente este no va a ser el único incidente de ese tipo, se seguirá repitiendo en tanto las autoridades no pongan un alto y un freno a este tipo”.
No obstante, señaló que una reforma migratoria por sí sola no resuelve la problemática, pero que a cambio “existe la vecindad y las políticas bilaterales, hay un clima de diálogo y sería la oportunidad no para construir los muros ni las barreras ni incrementar las policías fronterizas ni la separación de niños de sus familias, pero sí incentivar la generación de cadenas productivas”.
A su parecer, la próxima reunión bilateral en Washington ayuda a pacificar los ánimos “y levantar esperanzas entre los más idealistas que las partes se están sentando a negociar”.
Rodríguez señaló que a Joe Biden no le está yendo muy bien actualmente, especialmente por el tema del aumento en los precios de las gasolinas, lo cual ha impactado en sus niveles de popularidad, además de que el Congreso está dividido de forma radical para aprobar cualquier reforma de regularización de migrantes.
Sin embargo, aclaró, “hay un tema que es vital y que se puede poner sobre la mesa, luego del plan de infraestructura aprobado en el Congreso de Estados Unidos, es evidente que se necesitará mano de obra, y es sabido que muchas veces esos empleos no los quieren realizar los estadounidenses porque no están dispuestos a ganar el mínimo o porque no tienen esas habilidades”.
Para la maestra “ese paquete puede ser un aliciente parar regularizar contratos de trabajadores transfronterizos temporales, como se hizo en la Primera y la Segunda Mundial con el programa bracero y otro tipo de convenios para mano de obra. Ese tipo de proyectos puede ser mucho más sólido que cualquier programa que sólo es pasajero”.
Al final expresó que hay que saber “cómo se van a implementar políticas económicas bilaterales que puedan fomentar el trabajo de uno y otro lado para tratar de conformar estos cinturones no de miseria, sino de productividad en tanto se van resolviendo las situaciones de estos flujos migratorios que están buscando alguna oportunidad”.