El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, implementó a partir del 31 de mayo una iniciativa que dará celeridad a las solicitudes de asilo de miles de migrantes que piden protección humanitaria a lo largo de su frontera sur.
El procedimiento, además de ser aplicado por los jueces, también estará a consideración de los oficiales del Departamento de Seguridad Interior, quienes evaluarán aquellos casos de violencia doméstica, explotación sexual, temor al crimen organizado y desplazamiento forzado.
La premisa de esta medida es resolver el rezago de unas 400 mil solicitudes de asilo que no han sido abordadas en cortes federales migratorias.
De esta manera, al ser aceptada la solicitud de asilo, los migrantes serán admitidos en Estados Unidos y ya no retornados a México como ocurría con el programa “Quédate en México”, instrumentado por el expresidente Donald Trump.
Este proceso, que tiene el propósito de reducir la espera de los solicitantes a máximo seis meses, se aplicará en dos puntos fronterizos de Texas, donde los migrantes podrán ir directamente con oficiales del Departamento de Seguridad Interior.
En un comunicado, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, sostuvo que “a medida que implementemos esta regla transformadora a través de un enfoque por etapas, reduciremos los tiempos de procesamiento y la acumulación de años en los tribunales de inmigración”.
Destacó que las personas que reúnan los requisitos para el asilo recibirán protección “más rápidamente”; por el contrario, aquellas que no los reúnan serán expulsados a sus países de orígen “rápidamente, en lugar de permanecer en Estados Unidos durante años mientras sus casos están pendientes”.
El cambio, esta política migratoria de Biden permitirá a los migrantes que piden asilo permanecer en Estados Unidos durante los meses que dure su proceso, sin que puedan ser deportados; incluso podrán trabajar en aquel país si su solicitud es aceptada en una primera etapa.
Al respecto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comentó que la implementación se llevará a cabo de manera gradual, iniciando con un pequeño número de personas que se encuentran bajo custodia en dos centros de detención en Texas.
De manera inicial se dará prioridad a aquellos solicitantes que argumenten a los agentes fronterizos que tienen la posibilidad de vivir cerca de Boston, Los Ángeles, Miami, Nueva York, Newark o San Francisco.
Este nuevo procedimiento también ha tenido sus detractores, como el fiscal general de Texas, Ken Paxton, quien ante un juzgado solicitó detener esta medida, al argumentar que viola la Ley de Seguridad Nacional, la Ley de Migración e incluso la Constitución de Estados Unidos.