Viernes 19 de Enero de  2024
8M 2022

En México, sólo 3 de cada 10 mujeres llegan a ser dueñas de su vivienda

Datos de Infonavit y ONU Hábitat revelan que la pobreza, la discriminación y la violencia familiar influyen en el acceso a un hogar digno

Escrito en NACIONAL el

La violencia de género contra la mujer también se refleja en el acceso a una vivienda digna y de calidad. Hay factores como la violencia familiar, los bajos recursos y la discriminación que impactan directo a las que quieren rentar o poseer un inmueble para vivir.

Las cifras que revela el Reporte Anual de Vivienda 2021, del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), demuestran que sólo 34.9% de mujeres en México, llegan a ser dueñas de su casa, contra el 55.1% de los hombres.

“Lo que implica que, como cabezas de hogar, las mujeres siguen teniendo una participación menor en el control de la tenencia de la vivienda, tanto en renta como en propiedad”, dice el documento de análisis.

Bajo los escenarios actuales, el acceso a la vivienda en renta es desigual. “Es entonces que vale la pena cuestionarse cómo son sus condiciones en materia de género, porque si hablamos de desigualdades, la vivienda está en el centro de diversas estructuras que las reproducen e intensifican”, refiere el Infonavit.

Esto coincide con otro análisis en la materia de ONU-Hábitat, el cual apunta que a las mujeres se les presentan más obstáculos al intentar acceder a una vivienda.

“Las mujeres que han sido víctimas de violencia familiar o doméstica se encuentran entre las más desfavorecidas en lo que concierne al acceso a una vivienda, por falta de acceso a recursos y por limitaciones de desarrollo persona”, señala.

La revisión arroja que sólo tres de cada 10 personas ejidatarias son mujeres.

“Hay un vínculo importante entre la situación de las mujeres que carecen de tierras y leyes discriminatorias en materia de sucesión”, y explica que es constante la presión social que impide a las mujeres reclamar su derecho a la herencia.

Poseer una casa y tener la certeza jurídica para ello, “es desproporcionadamente inferior a la de los hombres. Esto se debe, entre otras cosas, a la pobreza y la vulnerabilidad de la mujer a la violencia, así como a las leyes, políticas y programas discriminatorios que contribuyen a la desigualdad en general”, argumenta el estudio.

A eso se suma que las mujeres son desalojadas de sus hogares como consecuencia de la violencia doméstica o familiar, las costumbres, las tradiciones y la falta de medios económicos.

Una condición es argumento mayor para que una mujer no logre tener vivienda propia, dice ONU. Las mujeres que viven en pobreza tienen más riesgo de ser desalojadas por atraso en los pagos; asimismo, no tienen igual acceso a los subsidios por subocupación y, con frecuencia, dice el organismo, los propietarios explotan a las mujeres pidiendo “favores sexuales” para evitar el aumento del alquiler o el desalojo.

En cuanto a las dificultades para la renta de un domicilio, arroja el estudio del Infonavit, la desventaja para las mujeres recae muchas veces en que la persona arrendataria “puede hacer selección de distintos perfiles de solicitantes; aquellos que en teoría son “más productivos y menos propensos a perder poder adquisitivo” son más idóneos, porque hay menor posibilidad de impago o abandono. En este contexto, las mujeres jefas de hogar tienen desventaja en el mercado habitacional del arrendamiento”.