En el estado de Nuevo León empieza a hacerse una costumbre que los gobernantes enfrenten algún problema con la justicia; pues, mientras al actual gobernador Samuel García lo acusan de violar la legislación en materia de adopción de menores, al exgobernador Jaime Rodríguez Calderón ya le investigan en la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda algunas operaciones un tanto raras.
Resulta que, según documentos que se encuentran en la oficina de Pablo Gómez, no es muy lógico que un mandatario en funciones emita en tan solo dos años cheques interbancarios por 6.7 millones de pesos, y que reciba otros tantos por la cantidad de 8 millones. Tampoco es muy común que en una década retire 14 millones de pesos en efectivo, y que haya realizado transferencias electrónicas por casi 13 millones de 2017 a 2018.
Seguramente el famoso “Bronco” tendrá una explicación para estos pequeños detalles; pues no querrá también vestirse de naranja como en algún momento lo hizo el exgobernador Rodrigo Medina, justo cuando en la entidad se ha puesto de moda ese tan fosfo fosfo color.