A pesar de las diversas campañas de publicidad y foros de discusión, la propuesta de Reforma Eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha generado opiniones favorables en el mundo; pues en varios países se ve con incertidumbre la intención de monopolizar la energía en las empresas productivas del Estado.
“No vemos bien cómo, con esta reforma, México va a poder aumentar su ambición para cumplir sus objetivos de la Agenda 2030“, esa que plantea 17 Objetivos con 169 metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental, dijo en abril de 2021 el embajador de la Unión Europea (UE) en el país, Gautier Mignot.
“Es cierto, hay preocupación por parte de las empresas europeas del sector”, agregó el diplomático francés que recién había entregado sus credenciales ante las autoridades mexicanas.
Mignot explicó que los inversionistas han venido a México a “tomar riesgos de buena fe e invertir en ese sector, y participar en esa transición energética”, pero “hoy en día les han cambiado, con esa reforma, las reglas del juego”.
Para el representante europeo, con esas decisiones “se pone en tela de juicio la rentabilidad de estas inversiones y por eso las empresas han expresado su preocupación”.
Además, señaló que todos los países necesitan hacer un esfuerzo para concretar la transición energética y liberarse progresivamente de la “adicción global a los hidrocarburos y dando más espacio a las energías renovables”.
Adicionalmente, en una gira de la semana pasada por suelo mexicano, la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, expresó su preocupación por el impacto de la Reforma que promueve el actual gobierno mexicano.
La iniciativa legal impulsada por López Obrador ha recibido fuertes críticas en círculos políticos y empresariales de Estados Unidos, lo que fue el tema central de la visita de Granholm.
“En cada reunión, expresamos las preocupaciones reales de la Administración Biden-Harris sobre el posible impacto negativo de las reformas energéticas propuestas por México en la inversión privada estadounidense”, afirmó la funcionaria en un comunicado.
Granholm, quien se reunió con el presidente López Obrador, el Canciller Marcelo Ebrard y otros miembros de su gabinete, fue tajante al decir que el proyecto también podría obstaculizar los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y México en materia de energía limpia y cuidado del medioambiente.
Dijo que se deben mantener los mercados energéticos competitivos que benefician a América del Norte y que sus interlocutores le aseguraron que “México está comprometido con apoyar la energía limpia y resolver las disputas actuales con proyectos energéticos dentro del estado de derecho”.
La propuesta de reforma, ahora detenida para su discusión y aprobación en el Congreso de la Unión, pero sometida a un parlamento abierto, es impulsada por Morena, mientras que entre los opositores más férreos se encuentra el Partido Acción Nacional.
Para los panistas, la reforma que propone el presidente afectará a los ciudadanos debido a que incrementará el costo del servicio y mantendrá el riesgo de generar cortes al suministro.
“Tal como está, la contrarreforma del gobierno morenista costaría a los mexicanos más de 500 mil millones de pesos, la luz sería más cara, más contaminante y provocaría apagones masivos”, dijo ayer en un comunicado ese partido.