El anuncio sobre el incremento de 22% en el salario mínimo es un muy importante logro para la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde; pero no precisamente por los beneficios para la clase trabajadora, sino por el simple hecho de haber llegado hasta esta fecha como parte del gabinete de Andrés Manuel López Obrador, pues hace unos tres meses estuvo a punto de quedarse en la banca.
Nos confirman que allá por los últimos días de agosto, cuando se decidió mover a Olga Sánchez Cordero de la Secretaría de Gobernación, se ofreció a la ahora senadora de la República asumir la cartera del Trabajo y Previsión Social, para sustituir a un perfil que, en definitiva, nunca dio “el ancho”.
La atribulada experiencia en la Segob debió haber pesado para que Sánchez Cordero rechazara el nuevo puesto, pues aliviada de tratar con rudos líderes sociales y gobernadores, no quiso entrarle a lidiar con la clase sindical.