Juan Pablo I, cuyo pontificado duró tan solo 33 días, uno de los más breves de la historia, fue beatificado este domingo en la plaza de San Pedro, por el actual papa Francisco.
Juan Pablo I se convierte así en el quinto jefe de la Iglesia Católica del siglo XX que llega a los altares, después de Pío X, Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II, luego de que el pasado octubre se aprobara su elevación a ese máximo reconocimento de la Curia.
“Juan Pablo logró comunicar la bondad del Señor”, dijo Francisco, “qué hermosa es una Iglesia con un rostro alegre, sereno y sonriente, que nunca cierra las puertas, nunca endurece los corazones, nunca se queja ni alberga resentimiento, no se enfada ni se impacienta, no tiene una mirada adusta ni sufre nostalgia del pasado”
El milagro aprobado por Francisco (paso necesario para la beatificación) es la curación extraordinaria de una niña argentina de 11 años que padecía una forma grave de encefalopatía.
Juan Pablo I fue el primer Papa nacido en el siglo XX y también el último en morir en dicho siglo. Asimismo, es el último pontífice italiano hasta la fecha y el último de una larga sucesión ininterrumpida de papas italianos a lo largo de más de cuatro siglos, iniciada con Clemente VII en 1523. Tras su muerte repentina, le sucedió el cardenal polaco Karol Wojtyla, que adoptó el nombre de Juan Pablo II.
Fue declarado Siervo de Dios por su sucesor, Juan Pablo II, el 23 de noviembre de 2003, el primer paso en el camino a la santidad. Francisco confirmó sus virtudes heroicas el 8 de noviembre de 2017 y le proclamó Venerable.
Albino Luciani nació el 17 de octubre de 1912, en Forno di Canale (hoy Canale d’Agordo), Italia. Hijo de un fabricante de vidrio, quedó huérfano de madre a los diez años de edad; el padre, Giovanni Luciani, contrajo segundas nupcias con una mujer muy devota que sería determinante en la vocación religiosa del niño.
Se formó en el Seminario Menor de Feltre y en el Seminario Gregoriano de Belluno, Fue ordenado sacerdote en 1935, año en que ingresó a la Universidad Gregoriana, donde estudió filosofía y se doctoró en teología.
Fue profesor y director del Seminario de Belluno antes de ser nombrado obispo de Vittorio Veneto en 1959, y patriarca de Venecia diez años después. En 1973 obtuvo el cardenalato y entró en la Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino. Afín a la corriente renovadora iniciada con el Concilio Vaticano II, Albino Luciani había participado en sus sesiones entre 1962 y 1965, aunque prefería las labores pastorales.