Este martes el ejército ruso reanudó su asalto en la planta siderúrgica de Azvostal, el último punto de resistencia de la fuerzas ucranianas en Mariupol. Al mismo tiempo, un esfuerzo en conjunto entre las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional consiguió evacuar a 101 civiles de la planta de acero en esa ciudad, que se había convertido en refugio improvisado.
El evento se da después de semanas de intentos fallidos para ayudar a los atrapados en la ciudad de Mariupol, que está casi en su totalidad bajo control ruso. Muchos civiles encontraron refugio en la planta de acero de Azvostal con los últimos defensores de la ciudad portuaria.
La operación de las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional duró cinco días y gracias a ello los civiles fueron evacuados a través de una red de túneles construidos en la época de la Unión Soviética. Después, fueron llevados a la ciudad cercana de Zaporiyia; en el camino, el convoy recogió a 58 personas más provenientes de la ciudad de Mangush.
Ostan Lubrani, coordinadora humanitaria de la Naciones Unidas en Ucrania, confirmó el éxito de la misión, pero advirtió que existe la posibilidad de que haya más civiles atrapados en el sitio.
Sviatoslav Palamar, subcomandante del Regimiento Azov de la Guardia Nacional de Ucrania, dijo este martes en Telegram que los rusos estaban atacando la planta con “el apoyo de vehículos blindados y tanques, con intentos de desembarcar tropas desde barcos y una gran cantidad de infantería”.