Apro.- La oficina de la Alta Comisionada de la Organización de las Naciones Unidas para Derechos Humanos (ACNUDH) afirmó, basada en “informes creíbles”, que Rusia ha usado bombas en racimo en sus ataques en zonas densamente pobladas de Ucrania.
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El organismo sostiene que el hospital bombardeado en Mariúpol estaba plenamente identificado y en funcionamiento, cuestiones que pudieran constituir crímenes de guerra.
“Recordamos a las autoridades rusas que dirigir ataques contra civiles y bienes de carácter civil, así como los llamados bombardeos de área en pueblos y aldeas y otras formas de ataques indiscriminados, están prohibidos por el derecho internacional y pueden constituir crímenes de guerra’’ dijo a periodistas en Ginebra la portavoz del ACNUDH Liz Throssell.
En cuanto al hospital bombardeado por Rusia en Mariupol, desmintió las acusaciones del canciller ruso Serguei Lavrov quien afirmó que el hospital había sido tomado por fuerzas radicales y que no tenía pacientes en su interior como mujeres embarazadas, bebés y niños en el momento en que fue bombardeado.
“Hablamos con diferentes fuentes en Mariupol, incluidas las autoridades locales, que indicaron constantemente que el hospital estaba claramente identificable y operativo cuando fue atacado’’, afirmó.
La portavoz manifestó su profunda preocupación “por el aumento del número de muertos y el sufrimiento humano en Ucrania y pedimos el fin inmediato de los ataques. Hasta ahora hemos registrado 549 civiles muertos y 957 heridos desde que comenzó el ataque armado el 24 de febrero, aunque la cifra real podría ser mucho mayor’’.
Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó un ataque contra el hospital psiquiátrico de Jarkov en el noroeste del país en donde había al menos 300 pacientes y personal médico.
La OMS ha verificado hasta ahora ataques contra 26 instalaciones sanitarias en Ucrania en los cuales han muerto al menos 12 trabajadores de salud.
Por su parte, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dijo que desde el inicio de la guerra hace dos semanas ha registrado más 2.5 millones de refugiados y el desplazamiento forzoso dentro del país de al menos otros 2 millones de habitantes.