Este martes, a través de un video dirigido a los servicios de seguridad rusos, su presidente Vladimir Putin reconoció que la anexión de las regiones Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón estaba siendo “extremadamente complicada”, por lo que debían intensificar su presencia militar para controlar la situación.
Este video está siendo interpretado por la media internacional como una de las declaraciones más claras que demuestran que la invasión no está funcionando como Putin esperaba. A principios de diciembre, el presidente ruso también admitió que la guerra sería un “largo proceso”, esto después de que su ejército tuviera que abandonar la ciudad de Kherson, la capital de Jersón.
“Los servicios de seguridad en la frontera y el Servicio de Seguridad Federal deben intensificar su trabajo. La frontera es lo más importante, un punto clave en la seguridad del país (…) cualquier intento de atacarla debe ser apagado rápida y efectivamente, usando las fuerzas y medios que tenemos a nuestra disposición”, dijo el mandatario.
Adicionalmente, Putin confirmó que vehículos, armas y unidades especializadas serían desplegadas en estas regiones para mantener la seguridad de los ciudadanos rusos que “dependen" de su protección. Al mismo tiempo, dijo que debían garantizar la seguridad, derechos y libertades de estas personas.
Este martes se cumplen 300 días desde que inició la invasión rusa a Ucrania, una invasión en la que Putin pensó se terminaría con una “operación relámpago” en solamente tres días. De acuerdo con datos del Ministerio de Defensa de Ucrania, esta invasión de 300 días le ha costado a Rusia cerca de 100 000 bajas entre muertos y heridos en su ejército, una cifra que al principio del conflicto parecería irreal.