El presidente de China, Xi Jinping, recibió un tercer mandato a la cabeza del Partido Comunista, el cual comandará al país por otros cinco años. En su ceremonia, Xi rompió con la tradición al otorgar ascensos a aliados que apoyan su visión.
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En contra de la costumbre, según la cual un gobernate no excede de los 10 años al frente del cargo, hay quienes señalan que el líder de 69 años permanezca en el cargo hasta su muerte.
El partido también nombró a un Comité Permanente de siete miembros liderado por Xi, su círculo interno de poder y dominado por aliados del líder del partido, después de que Li Keqiang, segundo del mandatario y defensor de las reformas de economía de mercado y las empresas privadas, fuera destituido el sábado. Li tiene un año menos que la edad acostumbrada de jubilación en el partido, 68 años.
El predecesor de Xi, Hu Jintao, de 79 años, abandonó el sábado de forma repentina una reunión del Comité Central del partido con un empleado sujetándole el brazo.
Xi y los demás miembros del Comité Permanente, todos hombres, comparecieron por primera vez como grupo ante los reporteros el domingo en el Gran Salón del Pueblo, sede de la legislatura ceremonial china en el centro de Beijing.
Los cambios de liderazgo se anunciaron en el final de un congreso del partido celebrado cada cinco años. Había expectación en torno a si el evento daría pistas sobre iniciativas para frenar una desaceleración económica o cambios en la estricta política de “cero Covid”, que ha cerrado ciudades enteras e interrumpido la actividad empresarial. Los funcionarios decepcionaron a inversionistas y a la población china al no anunciar cambios al respecto.