Miércoles 24 de Julio de  2024
CUIDADO FACIAL

¿Qué pasa si me lavo la cara con jabón Zote?

Existen productos que no deben utilizarse en el rostro porque pueden provocar efectos negativos como irritación y sequedad.

Lavar rostro. Créditos: Freepik
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Uno de los jabones de lavandería más conocidos es el jabón Zote, gracias a su eficacia y versatilidad es uno de los elementos básicos en la limpieza del hogar, además de que algunas personas lo incorporan en sus rutinas de cuidado personal, como lavarse el rostro.

El jabón Zote está elaborado de ingredientes como aceite de coco, aceite de limón y glicerina; estas propiedades pueden provocar efectos negativos en la piel como irritación o sequedad, por ello, se recomienda que su uso sea principalmente para uso externo como lavar ropa. 

Las personas que lavan su rostro con jabón Zote afirman que este producto tiene poder desengrasante, así que ayuda a eliminar el exceso de grasa y limpiar los poros profundamente, además es un producto muy económico y fácil de conseguir, por lo que es una alternativa más accesible. 

Rostro irritado. Créditos Freepik.

¿Qué pasa si me lavo la cara con jabón Zote?

Aunque algunas personas han observado beneficios en su piel al incorporar este jabón en su rutina, la realidad es que la piel requiere ciertos cuidados y en caso de llegar a utilizar productos no diseñados para el cuidado facial como el jabón Zote se corre el riesgo de sufrir algunos efectos negativos, por ejemplo:

Irritación

Este popular jabón de lavandería contiene ingredientes y fragancias que pueden ser demasiado fuertes para la piel sensible, por lo que podría provocar consecuencias como irritación, enrojecimiento y descamación.

Desbalance del pH

Otro efecto contraproducente del jabón Zote es que su pH no está formulado para el cuidado facial, así que el uso prolongado de este producto puede alterar el equilibrio natural del pH de la piel, causando problemas como piel seca o sensible.

Acumulación de residuos

Finalmente, el jabón Zote puede dejar residuos en la piel, los cuales terminan obstruyendo los poros, provocando el desarrollo de brotes en la piel como acné.