Miércoles 10 de Enero de  2024
USARON TELESCOPIO EN ARIZONA

Descubren un nuevo tipo de estrella raro y complejo

Astrónomos alemanes son los que están detrás de este hallazgo; se trataría de la fusión de dos estrellas enanas

Escrito en INNOVACIÓN el

Astrónomos alemanes son los autores del hallazgo de un nuevo tipo de estrella, nunca antes visto, y que podría significar que dos estrellas enanas blancas se fundieron en una sola, revela el  estudio publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

La inusual composición echa por tierra teorías anteriores sobre las estrellas, porque las temperaturas y las dimensiones de los dos astros indican que todavía están quemando helio en sus núcleos, propiedad observada en estrellas más evolucionadas.

El ciclo de vida de una estrella como nuestro Sol comienza con la fusión nuclear de hidrógeno en helio. Luego, en el interior del astro comienza una reacción nuclear que convierte el helio en carbono y oxígeno, tras lo cual la estrella muere en el transcurso de millones de años y se reduce a una enana blanca.

"Normalmente, esperamos que las estrellas con estas composiciones químicas en sus superficiales ya hayan terminado de quemar helio en sus núcleos y estén en las etapas finales de convertirse en enanas blancas. Estas nuevas estrellas son un gran desafío para nuestra comprensión de la evolución estelar", comentó Klaus Werner, de la Universidad de Tubinga y autor principal de la investigación.

Una posible explicación para la formación de esas inusuales estrellas la puso en papel un estudio paralelo realizado por astrónomos de la Universidad de La Plata (Argentina). "Creemos que las estrellas descubiertas por nuestros colegas alemanes se formaron por un tipo muy raro de fusión entre dos enanas blancas", dijo Marcelo Miller Bertolami, autor principal del segundo trabajo científico.

Las estrellas tienen superficies compuestas de hidrógeno y helio, pero la zona exterior de las estrellas descubiertas por los investigadores está cubierta de carbono y oxígeno. El descubrimiento fue posible gracias a un telescopio binocular del Observatorio Internacional del Monte Graham, en Arizona, Estados Unidos.