Este sábado el telescopio espacial James Webb, considerado el más avanzado tecnológicamente, concluyó su última etapa de despliegue, por lo que ya se alista para estudiar la historia del cosmos.
La última etapa del despliegue correspondía a la extensión de las dos alas de su gran espejo primario de 6.5 metros, tras hacer lo propio con el de babor el 7 de enero, informó la agencia espacial de Estados Unidos (NASA).
Este último proceso sienta las bases para los cinco meses y medio restantes de la puesta en servicio, que consisten en establecer una temperatura de funcionamiento estable, alinear los espejos y calibrar los instrumentos científicos.
Una vez que esté en pleno funcionamiento en una órbita a 1.5 millones de kilómetros de la Tierra, el telescopio Webb explorará todas las fases de la historia cósmica, desde el interior del Sistema Solar hasta las galaxias observables más distantes del universo temprano y todo lo que se encuentre en el medio.
El telescopio fue enviado en el cohete Ariane 5 al espacio el pasado 25 de diciembre, gracias a una asociación internacional con la ESA (Agencia Espacial Europea) y la Agencia Espacial Canadiense.
Se espera que Webb ayude a la humanidad a comprender los orígenes del universo y el lugar de la Tierra en él.