El Barrio del Artista ha sido por años uno de los puntos más visitados por los turistas y es que además de estar situado en el Centro Histórico de Puebla, también está rodeado de otros lugares icónicos de la capital, como el Teatro Principal o el Parián.
Actualmente los comerciantes de arte refieren haber recuperado apenas un 40 por ciento de visitas, de las que solían tener antes de que la pandemia llegará, y datos del Coordinador de Artesanos Independientes de Puebla, Ivan Ahuantzi García, dan cuenta de ello.
En entrevista para Vía.Tres, Ahuantzi García aseguró que la misma situación ocurre en los puntos de venta del centro histórico, así como en los diferentes municipios, donde pese a la inoculación, ni la afluencia de visitantes, ni las ventas han mejorado mucho para los artesanos.
"Ya te has de imaginar que muchos de ellos por la edad, no pueden salir a trabajar y la verdad pues están con la esperanza de que para diciembre exista ese repunte de ventas, que les permita recuperar un poco de lo que en el año pues prácticamente no pudieron"
Ivan Ahuantzi García, Coordinador de Artesanos Independientes de Puebla
Pese a que los locatarios y artistas del barrio, aseguran mantener las medidas sanitarias y preventivas contra el Covid-19, todavía no se logra recobrar la cantidad de ventas de obras, que solían tener gracias a clientes nacionales e internacionales, por lo que han llegado al punto de tener que disminuir sus precios.
Aunque se dicen agradecidos por el plan del gobierno estatal para impulsar la reactivación económica, reconocen que todavía no han visto un cambio importante en sus ingresos, sin embargo no pierden la esperanza de repuntar el número de visitas y ventas en estos últimos meses del año.
Como su nombre lo dice, el barrio es un espacio dedicado a los artistas y amantes del arte, que disfrutan de conversar con pintores y escultores o simplemente comprar y visitar la zona para apreciar las obras exhibidas.
La zona logró tener esta particularidad artística, gracias a que en 1940 profesores de la Antigua Academia de Bellas Artes y hermanos José y Ángel Márquez Figueroa ofrecieron una clase de pintura al aire, de ahí el que surgiera la idea de destinar este espacio para que jóvenes artistas trabajarán o aprendieran de esta materia.
En abril de 1941 el Gobernador en turno otorgó a los jóvenes pintores estos callejones para que fueran dedicados al trabajo artesanal, que al día de hoy mantiene la misma finalidad.
Con los años este lugar también se ha convertido en un punto de reunión para escuchar a cantantes trovadores, tomar un café o una copa en algunos de los famosos cafés de la zona.