A dos días de concluir los Juegos Olímpicos, el boxeador mexicano Marco Verde aún no concibe que su medalla de plata obtenida en el podio de París 2024, en la categoría de 71 kilos, sea la cuarta dentro del medallero histórico de México en una sequía que proviene desde 1984, en Los Ángeles, cuando Héctor López Colín subió al podio en la categoría de peso gallo para colgarse la plata hace cuarenta años.
Después de su regreso al país, el sinaloense presume su presea de plata con sencillez, afirmando que su siguiente camino profesional será en a través de los estudios que cursará a sus 22 años.
Foto: Trajano Hernández
"No me lo esperaba pero dimos un impacto con cada pelea; esto va a quedar grabado en nosotros y fue genial porque tuvimos el apoyo de los mexicanos, fue una experiencia inolvidable la que vivimos mi entrenador y yo tanto en las peleas como adentro de la villa olímpica porque él mi inspiró confianza en un trabajo de más de diez años", declaró el deportista.
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Tras nueve mil kilómetros de viaje, con la insignia colgando sobre el cuello, el atleta recuerda su último día en la "Ciudad de la Luz" cuando fue abanderado de la delegación junto a la nadadora Nuria Diosdado, así como del cierre de su presentación contra el uzbeko Asadkhuja Muydinkhujuaev, cuyo juego de piernas obligaron al mexicano a conformarse con el segundo puesto.
"Hicimos lo que teníamos que hacer porque al final ni el tercer round me dieron contra él y sabía que la pelea iba a ser así, tenia que ser mucho de cabeza fría y no de tanto golpe. Hice mi pelea”, explicó.
"Cada pelea fue muy dura pero la disfrutamos bastante", Marco Verde, ganador de la medalla de plata en boxeo olímpico de París 2024.
Junto a Ramsés Hernández, su entrenador desde los 10 años de edad, el oriundo de Mazatlán confirma que no tiene prisa para debutar como profesional a pesar de llamar la atención de otros peleadores como "El Gran Campeón Mexicano" Julio César Chávez o Saúl "Canelo" Álvarez.
Foto: Trajano Hernández
“Muchos entrenadores buscan prontamente debutar a los muchachos y ellos también ambicionan a querer ser profesionales, pero yo nunca lo he ambicionado yo no pretendo vivir de un atleta; lo que quiero es que logren lo mas que puedan en su carrera amateur y cuando esta se termine decir 'bien, ahora sí a ser profesionales'", sentenció Hernández.
Herencia pugilista
Inspirado por la defensa del estadounidense Floyd Mayweather; la "garra" del mexicano Juan Manuel Márquez y la velocidad del filipino Manny Pacquiao, Marco Verde tiene en su herencia el gusto por los guantes y los puños.
Este legado proviene de su padre Manuel "Sammy" Verde, quien también fue boxeador olímpico en Barcelona 1992 y realizó múltiples combates en el país donde su hijo subió al podio.
"El video donde él peleó en Francia me lo enseñó mi mamá y desde que estaba chico mi padre me inculcó este deporte, aunque yo al principio inicié como beisbolista; desde que empecé él siempre me encaminó hacia los Olímpicos antes que hacia una carrera", asintió el mexicano.
Foto: Trajano Hernández
El desgaste físico y ls lesiones rinden sus frutos, de acuerdo con el propio representante olímpico; sin embargo, la clave para alcanzar el "sueño olímpico" fue gracias a no descansar entre pelea y pelea.
"Nos descansábamos nada: terminaba una pelea y ya estábamos pensando en la otra y solamente tuvimos que entrenar y entrenar para poder dar el peso. Aunque si me ponía tenso sí disfrutaba cada una y todos los combates", mencionó Verde.
"Esa fue mi ilusión y conforme pasaban los años sabía que se iba a lograr; empiezas a entrenar y comienzas a dar resultados y el saber que tuve la posibilidad me da más satisfacción", Marco Verde.