Este viernes, la Federación Italiana de Futbol (FIGC por sus siglas en italiano) confirmó que el exjugador, Gianlucca Vialli, murió en un hospital en Londres, la noche del jueves, a los 58 años, después de una batalla contra el cáncer de páncreas, que le fue diagnosticado en el 2017.
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La FIGC hizo oficial que habrá un minuto de silencio en honor al jugador en todos los partidos del fin de semana de la Serie A. Su presidente, Gabriele Gravina, le dedicó unas palabras al ser cuestionado por medios deportivos italianos:
“Esperé hasta el último momento que lograra cumplir otro milagro, me conforta la certeza que lo que ha hecho por el futbol italiano y la camiseta azul no será jamás olvidado. Gianluca era una persona espléndida y deja un vacío que no podrá llenarse, tanto en la selección como en todos aquellos que apreciaron su extraordinaria calidad humana”.
La enfermedad que tomó su vida ya había sido superada anteriormente pero, lamentablemente, regresó en el 2021, por lo que tuvo que dejar sus labores con la selección italiana donde formaba parte del cuerpo técnico que busca regresar al equipo a niveles mundialistas después de fallar al clasificar para Qatar 2022.
Vialli nació en Cremona en 1965, comenzó su carrera en 1980 con el Cremonense como delantero y se quedó en ese equipo por cuatro años, hasta conseguir su promoción a la Serie B, la segunda división del fútbol italiano. Sus actuaciones consiguieron que fuera fichado por la Sampdoria, donde jugó de 1984 a 1992; fue en este equipo donde vivó su mejor fútbol, con 223 apariciones y 85 goles.
De 1992 a 1996 formó parte del legendario equipo de la Juventus de Turín, en ese entonces en un fichaje récord en la liga de 12.5 millones de euros. En este equipo jugó junto a grandes como Andrea Pirlo y Roberto Baggio, ganó la Champions, la liga y la copa italiana y en 102 partidos anotó 38 goles.
La última etapa de su carrera la vivió en el Chelsea, en la liga inglesa, donde formó parte de la generación que vino antes de que el equipo de Londres se convirtiera en la potencia mundial que es hoy en día; durante 58 partidos celebró 21 goles.
En su carrera con su selección nunca logró levantar una copa, aunque siempre fue considerado un pilar de los “Azurri”, especialmente mientras jugaba con la Sub-21 del país. Tras su retiro, hizo su aparición como técnico asistente en el Chelsea y director técnico en el Watford, aunque esta etapa duró solo un año. Sus últimos años los pasó con la selección italiana y como comentarista de Sky Sports Italia.