A casi 10 días de ser detenido por una denuncia por presunta agresión sexual a una mujer en la discoteca Sutton, el pasado 30 de diciembre, Dani Alvez, hace vida en el centro penitenciario de Brians 2 ubicado en Barcelona; ya jugó su primer partido y pidió no ser visitado por sus familiares, en especial sus padres.
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El jugador de 39 años espera de que su defensa interpongan un recurso para revertir la orden de prisión preventiva que acordó el viernes pasado la jueza “por una causa abierta por delito de agresión sexual” como había solicitado la Fiscalía, se conocieron nuevos detalles de la estadía del defensor en el penal.
De acuerdo con lo publicado en el diario español La Vanguardia, Alves jugó su primer partido de futbol en prisión el pasado jueves.
El periódico indicó que los directivos de la cárcel en Sant Esteve Sesrovires tomaron la decisión de colocar una tela que impida la visión entre los dos módulos -en el que se encuentra Alves y el contiguo- para que los vecinos del futbolista recuperen su “normalidad” y de esta forma puedan regresar a sus actividades.
Por otro lado, trascendió que Dani Alves no quiere recibir la visita de sus padres, especialmente de Lucia, su madre, quien está hospedada en un hotel de la capital catalana. El jugador ganador de más de 40 títulos no tiene deseos de que su mamá lo vaya a ver a prisión, ya que “asegura sentir vergüenza” de que la persona que le dio la vida lo visite en la cárcel.
Alves fue ingresado a un módulo donde hay denunciados por delitos de índole sexual y cuyas sentencias aún no fueron dictadas, es decir, que todos están en una situación similar.
El caso ha levantado polémica que han revictimizado a la chica, que sufrió la agresión en un sitio público. Algunos debates se han desatado en redes sociales.